Wednesday, August 16, 2006

Entrando en el Sudeste Asiatico...

Tailandia (22 julio al ….)

Empecé mi viaje en Asia tomando mi avión desde Frankfurt con conexión en Helsinki, para mi placer me hicieron un “upgrade” y pase directamente a primera clase… ¡Que lujo! Champaña, varios platos a mi elección, películas, vinos, Chivas Regal, etc.,..lo más importante era el sillón cama donde dormí placenteramente hasta mi arribo a Bangkok. Puse un pie en el aeropuerto y el choque cultural fue como una patada en la cara. Solo su idioma suena tan distinto, un dialogo seria algo asi: “-waaa wua wa naa, -co puh ha náa, -heée”. Desde el aeropuerto me fui a Kao San Road, donde van a parar todos los turistas. Es un barrio que parece una mezcla entre suecia, diez de julio y la vega central, pero veinte veces más grande. Aquí se puede encontrar de todo, absolutamente de todo. De hecho uno se podría venir solo con lo puesto y 100 dólares para comprar todo lo necesario para el viaje.

Bangkok es una ciudad caliente, húmeda, sucia y ruidosa. Tiene una extraña mezcla entre autopistas modernas, rascacielos, mercados callejeros, agobiantes vendedores ambulantes y tuk tuks, todo lo anterior conviviendo en un desorden generalizado. En los dos días que estuve aquí fui a turistear al palacio real y al templo del buda acostado. El Palacio es una construcción enorme que tiene una arquitectura y detallismo increíble, lleno de colores, murales, torres, templos de reflexión para el rey, etc. Además, todo esta rodeado de una gran muralla que aísla de tal manera el ruido mundano que pareciera que el palacio estuviera situado en lo alto de una montaña en vez del centro de la bulliciosa Bangkok. El templo del buda acostado es también muy impresionante, este templo tiene en su interior un Buda enchapado en oro de unos 30 o 40 metros de largo acostado en una posición bastante holgazana. Alrededor del templo principal hay un verdadero laberinto de templos menores, torres, sitios de reflexión, estatuas de buda, etc. Todo en una arquitectura muy similar a palacio real, bien colorida, detallista y dedicada en su totalidad al dios Buda.

Desde que llegué a Tailandia he aprovechado de comer en cada puesto callejero o mercado que encuentro en mi camino. La comida es buenísima y, en comparación con Europa, baratísima. Así que he aprovechado de comer todo lo que he querido.

El martes por la mañana partí a una isla que queda al sur de Bangkok, Koh Chang. El viaje tomo casi todo el día, pero tuvo su recompensa, llegue a una playa de arena blanca, palmeras, agua cristalina y atendido por unos locales muy amigables. Aun mejor, todo era baratísimo! Durante cinco largos días dormí, leí, comí y eche la talla con el resto de los “estresados” veraneantes. Definitivamente me urgía poder disfrutar de la playa sin necesidad de tener que visitar algo. Creo que es un muy balance el ir combinando ciudad con playa,… ¿o quizás pura playa no mas?

Ahh,… el sábado salí a dar un paseo por la isla en una scoter. Me puse el casco y me fui a explorar el resto de la isla. Al principio iba un poco nervioso en mi endeble vehiculo, pero a medida que los kilómetros pasaban me fui relajando y tomando mi papel de EasyRider. Así, disfrutando del paisaje, la brisa y de la velocidad fue como llegue a unas cascadas muy agraciadas donde me di un baño y departí con un local que cuidaba el santuario. Seguí en mi paseo hasta cierto punto donde decidí volver, me quedaba poca bencina y luz. Tranquilamente estaba dando la vuelta y sin fijarme aceleré la scoter más de lo prudente y ¡sas!...me salí del camino estrepitosamente y me saque la $%&%$. El saldo fue una pequeña quemadura en la pierna y un nervioso regreso a mi “hogar”. La moraleja es: nunca subirse a una moto en traje baño y chalas, menos andar paveando.

Desde esta relajada isla me fui de vuelta a Bangkok, donde tome el tren nocturno hacia el sur buscando la conexión hacia las islas del golfo de Tailandia. Partiendo por Koh Thao, famosa mundialmente por su espectacular buceo.

Inicialmente no estaba muy motivado por el buceo, pero a medida que fui hablando con otros mochileros la idea, basada en el espectacular entorno y en lo módico del precio, me decidí a volver a bucear después de cinco años. Me tomó un largo rato el tira y afloja con la escuela de buceo, pero finalmente llegamos a un buen precio, ahora solo faltaba recordar algo de la teoría y saltar al agua. El buceo fue espectacular. Peces de todos colores y formas, corales de todas layas, agua calentita y una excelente visibilidad, hacen esta “una experiencia inolvidable”….lastima que no tenia cámara de fotos. Pero mas allá de la escenario, que es verdaderamente alucinante, lo más adictivo es esa sensación de entrar a otro mundo, donde nosotros solo somos espectadores, donde la naturaleza se muestra en su estado mas virgen y siguiendo otros ritmos, donde la ley mas basica que nos rige, la gravedad, tiene otro funcionamiento y muy especialmente, al no podernos comunicar, solamente nos dedicamos a contemplar. ALUCINANTE. Lo voy a repetir 100%.

El resto de la isla no tiene nada espectacular, ya que al igual que otros lados donde he estado, el desregulamiento de la actividad turística genera efectos negativos y finalmente inversos para la industria. Pude constatar personalmente el basural en que se están convirtiendo estas idílicas islas. En algunas playas no dan ganas de meterse al agua. También la horrible transformación de estas antiguas caletas de pescadores a invasivos centros turísticos. Solo como dato, al sur de Tailandia llegan 11.3 millones de visitantes al año, por cierto que es un montón de plata, pero que sin algún tipo de regulación y orden, estas paradisíacas islas pronto perderán su atractivo y se transformara rápidamente en un basural.

Tal como mis asesores en Chile me recomendaron, me fui a la isla de Ko pangan una semana antes de la Full Moon Party. Las razones son varias, primero por que es más fácil encontrar alojamiento si uno llega antes y segundo porque una va de a poco haciendo el calentamiento de motores para el gran evento. Durante esa semana uno va haciendo amigos que están en la misma onda y con los que se puede continuar en viaje.
Inicialmente me fui a la misma playa donde se hace la fiesta, pero los precios y el lugar no era de lo mejor. Hice un pequeño cambio y partí al norte de la isla (Bottle beach) junto a una pareja de suizos muy piola. Se trata de una playa que queda en una bahía donde solo se puede llegar en bote. La playa en si estaba enclavada entre unos cerros tropicales, arena blanca muy fina, palmeras y tres restoranes con sus respectivos “bungalows” al borde del mar. La atmósfera era ultra relajada y amigable, el lugar perfecto para recargar pilas y conocer gente. Los precios no eran de los más módicos, pero no se puede tener todo en la vida.

Para que decir la cantidad de gente que conocí, todos estaban muy abiertos así que cualquier excusa servia para armar una conversación. La vida transcurrió entre dormir, comer, gozar de la playa, jugar algo de voleibol y/o fútbol y finalizar la noche con un par de cervezas. Incluso dos días antes de la Full Moon Party en uno de los restaurantes nos mandamos una fiesta muy buena con una alegre y relajada participación de los locales. Si bien la barrera comunicacional es importante, los tailandeses siempre tratan de interactuar con los turistas y no tienen ningún complejo de superioridad o inferioridad. Ellos son gente extremadamente hospitalaria, alegre y simple. Yo diría que no tienen ningún complejo.

La Full Moon Party da para un párrafo aparte. Imaginen que en un día, más bien en una noche, se concentran todos los jóvenes, y no tanto también, que andan viajando en Tailandia en una sola playa y con un solo motivo…juerga! Probablemente todos buscan asistir a uno de los más memorables carretes de su vida. La atmósfera de la fiesta es electrizante y pareciera que esta a cada minuto al borde del colapso. Fácilmente había 10000 personas, en su mayoría europeos y especialmente ingleses. Llegamos al lugar de a fiesta (Hat Rin) temprano, para ver los emails, comer algo y empezar el carrete desde la partida. Ya sentados en la arena nos tomamos unos “buckets”, un trago preparado en un balde playero lleno de hielo, ron, un fuerte Redbull y una lata de coca cola. Cada vez que se acaba el combinado era tarea de alguno ponerse con el próximo. Mientras disfrutábamos de este “elixir” llegaba más y más gente. Venían a pie, en taxi, en bote y hasta en un ferry desde otra isla, en fin… arribaban desde todas partes con una sed de hueveo a prueba de balas. Después de una horas el desorden era total, al son de la música desplegada por los diferentes Dj’s y la “libre de químicos” mezcla ingerida por la multitudinaria asistencia. Ya de madrugada, la tenue luz de los primeros rayos solares dejaba entrever el saldo de tan surreal carrete. “Romanticas” parejas de una noche esparcidas por toda la playa, los clásicos borrachos que no se la pudieron con la “sana” ingesta desparramados en la arena entre la frenética multitud aun bailando y una linda playa tropical transformada en un autentico basural. Sin duda es una fiesta a la que hay que asistir, puede gustar o no, pero seguro que no pasa desapercibida.

Paseando por el norte y este de Europa...

Escandinavia y los países bálticos

Bienvenido a la tierra donde no se pone el sol. Esto es lo más raro que ha tocado presenciar, son las doce de la noche y todavía hay luz. Y a las tres AM ya es de día, ¿a quien no se le pela un cable en estas condiciones?

Copenhague (21 al 27 de Junio)

Markus, un alemán que trabaja en la oficina de CCNI en Hamburgo me echo un aventón hasta Copenhague, la cagó lo rápido que manejan estos pasteles. En un familiar Opel Astra, este teutón no se bajo de los 160 kph, y a veces incluso más. Yo iba un poco asustado,… no es pa´menos.

En Copenhague me quede en la casa de Kirstine, una amiga danesa que conocí en un viaje por Mexico y Guatemala. Ahí me quede seis días, lo que me dio tiempo de conocer toda la ciudad, carretear con locales, hacer unos tramites y ver los octavos de final del mundial.
El jueves salí a pasear por la ciudad, especialmente por los lugares más importantes, todo fue fácil porque la Kirstine fue mi guía turístico. En general Copenhague es una ciudad muy bonita y ordenada, con una arquitectura elegante y sobria. No se ve ningún lujo pero tampoco pobreza, pareciera que toda la ciudad fue ideada y creada de una sola vez. Lo que mas llamó la atención son las ciclovías y los millones de ciclistas en las calles que aprovechan sus piernas como motor de su medio de transporte. Aquí movilizarse en bicicleta es lo más normal del mundo y no importa si llueve o nieve, la bicicleta se utiliza igual. En el metro, estaciones de trenes y otros lugares públicos existen unos estacionamientos de bicicletas de hasta dos alturas, donde dejan “aparcadas” unas 5000 bicicletas,…increíble!! Quizás, si adaptásemos un poco este estilo, podríamos tener menos tacos, menos contaminación atmosférica y acústica, andaríamos menos estresados y hasta estaríamos más atléticos. Rápidamente me tenían una bicicleta a mi disposición con la que pasee por toda ciudad, hice tramites y seguí paseando, etc. Insisto que la mejor forma de conocer una ciudad es en bici.

En la noche fuimos a ver un concierto de un grupo mexicano. La cagó el furor que desatan estos chingones. No se si son vistos como otra especie o como algo exótico, pero seguro que estos cuates no pasan desapercibidos. Tenían a todas estas rucias vueltas locas.

El viernes seguí paseando por la ciudad y por la noche tuve un carrete danés, era la celebración de la graduación de mi anfitriona. Ahí interactué directamente con los locales y estuve con otros dos daneses con los que viaje hace cinco años, Tobias y Astrid. Todo estuvo bien entretenido y regado. Podría afirmar, en base a mi experiencia, que los daneses son gente muy agradable, culta, educada y tranquila.

El sábado salí con Tobias a conocer Christiania. Este es un pueblo hippie en el interior de Copenhague. Se trata de un grupo de rebeldes que en los años setenta decidieron tomarse unas barracas militares abandonadas para formar su sociedad libre. Libre de impuestos, libre de los pacos, libre de normas convencionales y basada en vivir en comunidad. Veinte años después, esta zona se ve un poco más aburguesada, ya que los habitantes ya no son tan jóvenes, igual aún conserva su ánimo inicial y su sector donde se venden y consumen pitos como si fuesen super8. Después del turismo, me fui a tomar unas cervezas a su casa viendo el partido entre Mexico y Argentina. También traté de conseguirme una entrada al festival de Roskilde, que es el más importante del norte de Europa, pero fue imposible. Será para otro año.

El último día fui a hacer unos trámites al consulado chileno en Dinamarca. Me atendieron excelentemente bien y me solucionaron mis problemas rapidísimo,… ¡un agrado! Ahí durante mi espera conocí a un chileno que vive en el sur Suecia hace 25 años. Tuvimos una larga conversa y hasta me invito a almorzar, donde me explicó la génesis y evolución de nuestros compatriotas que emigraron a Suecia hace ya harto tiempo. En resumen se trata, de unos cuantos intelectuales que fueron asilados inicialmente, otros que buscaban mejores oportunidades para estudiar y trabajar, entre ellos él, y una manga no menor de aprovechadores que abusando de la ingenuidad vikinga y de la pillería chilensis han gozado de un sistema repleto de beneficios y regalías. Todo un orgullo nacional. También me explicó desde su experiencia la mentalidad vikinga. En fin, fue un día que pintaba para burocrático y dramáticamente aburrido y de repente se tornó en un entretenido análisis sociológico.

Estocolmo (28 al 30 de junio)

Me tome el bus a Estocolmo el martes por la noche. Supuestamente es un bus de noche, pero aquí el sol sale a las 3 de la mañana así que fue poco lo que pude dormir.

No me tope con Dj Mendez,…que lastima.

Todo en Escandinavia es horriblemente caro, lo anterior obliga a hacer un turismo muy contemplativo y sin un solo lujo. Me quede en una hostal que estaba muy bien ubicada y que tenia un sauna del cual saque buen provecho.

En estos tres días me dedique a recorrer el centro antiguo, el centro nuevo y disfrutar de soleadas siestas en los parques aledaños al mar. Estocolmo es una ciudad que data de cientos de años y que esta compuesta de una isla central donde esta la antigua ciudad y los alrededores en tierra firme que conforman la ciudad mas moderna. Es una ciudad muy sueca, es decir, bien bonita, ordenada y sin imprevistos. Desde la perspectiva foránea da la impresión que todo funciona perfecto, sin errores. Todo es limpio, estético y útil,…igual que en casa.

Conocí a un par de australianos en la hostal, con los que fui a tomar unas cervezas una de las noches. Los dos venían de ver perder a su equipo frente a Italia por un discutido penal. Salimos al hueveo provistos de muchas ganas y sed, eran ya las 11:30 de la noche y aun no estaba oscuro,…freak ¿¿cierto?? Fuimos a un par de bares donde nos tomamos algo (carisimas) y donde interactuamos con el resto de la concurrencia. El carrete no fue de aquellos ya que estos suecos no son muy buenos pa’ la fiesta y se dedican a puro tomar,…así que nosotros seguimos el ejemplo. A las 3 AM se acabó el carrete y adivinen,…ya era de día. Parecía que fueran las 8 de la mañana.

A Helsinki me fui en un ferry nocturno que me habían recomendado de ser uno de los puntos álgidos en lo que carrete se refiere. Me embarque a las 5 de la tarde y llegue a las diez de la mañana a la capital finlandesa. Parece que el famoso hueveo era un mito, porque lo que yo vi eran cuatro pelagatos en la disco y unas cuantas familias obesas ingiriendo cervezas al son del ritmo provisto por un cantante de cuarta en el bar. Yo no sé, pero o yo vivo en una realidad paralela o la gente es inmensamente mentirosa.


Helsinki (1 al 3 de julio)

Llegue el sábado en la noche y me quedaría por tan solo dos noches. El fin de semana es suficiente para recorrer esta ciudad y captar lo esencial. Además, esta es una ciudad cara, por lo que conviene recorrerla rápido.

La hostal donde me quede estaba bien ubicada, tenía un fantástico desayuno y era la alternativa más barata,…ambiente cero. Había una gran comitiva de metaleros hardcore con los que no intercambie palabra que asistían a un festival del género en la ciudad. Mas que un festival de música, parecía un montón de desadaptados ahogados en alcohol y otras sustancias aburridos de vivir.

Helsinki en una ciudad similar a las otras ciudades escandinavas pero con un toque ruso, dado a la proximidad con San Petersburgo y sus años bajo la dominación pre bolchevique. En general es muy simple, limpia y fácil de recorrer a pie. Tiene una armoniosa mezcla de edificios e iglesias de estilo Europeo y Ruso, y una impresionante catedral color blanco en la cima de una loma que gobierna el barrio más antiguo de Helsinki. También tiene un parque bastante agradable bordeando una pequeña bahia (o desembocadura de río) donde abundad los asados y los “runners”.

En lo que vida nocturna se refiere, salí a la búsqueda de un buen local por mi cuenta. Partí, por una bar donde presencie la eliminación de Brasil del mundial. Después, con solo buen olfato llegue a un bar disco que era “el lugar”. Aquí me quede hasta que cerraron, la música era muy buena y la gente muy piola. Da la impresión que los finlandeses son en general tranquilos y introvertidos,…hasta que toman. Desde ese momento, pierden todo pudor y son re-abiertos para echar la talla e invitar más copete. También el hecho que sea verano los predispone a gozar el minuto ya que después de ese efímero verano viene un crudo invierno con temperaturas bajo cero y depresivos días casi sin luz solar. En mi camino hacia la hostal pude constatar como esta desarrollada sociedad, galardonada con la mejor educación del mundo, no logra manejar la excesiva ingesta de alcohol. Se ve gente al borde de caer en coma etílico, mujeres “llendo al baño” en cualquier esquina y una manga de borrachos alarmante. Pareciera que el copete es una válvula de escape frente a un estilo de vida y/o clima que no les llenará.

El lunes me tome un ferry hacia Tallin, la capital de la primera de las tres republicas bálticas que visitaría.


Estos tres países son muy distintos a Escandinavia. La ocupación soviética, rasgos raciales distintos, un nivel de desarrollo similar al nuestro y una personalidad más propensa a la juerga, genera un atractivo especial para visitar en esta zona de Europa.

Tallin (3 al 7 de julio, 2006)

Estonia es la primera republica báltica con la me encontré, geográficamente esta debajo de Finlandia y comparten bastantes raíces en común. Dado esta influencia, Tallin se ve más desarrollada que el resto de las ciudades bálticas.

La idea era quedarme dos días, me quede cuatro. La ciudad es muy fotogénica. Costa de un centro antiguo de estilo medieval semi-rodeado por una serie murallas defensivas que datan desde hace varios siglos. Dentro del centro antiguo se pueden ver iglesias de todos tipos, edificios institucionales, restaurantes, bares, espectáculos folclóricos, tiendas de souvenirs y un millón de turistas. Alrededor esta la ciudad nueva, habitan edificios modernos, centros comerciales, playas, parques y edificios habitacionales de la época soviética. Durante mi estadía empezó el festival de música y cerveza donde el ambiente de fiesta era total. Entonces, una ciudad agradable, festival, precios razonables, cerveza barata y buenas minurris, invita a quedarse un rato más.

En el desde el ferry a la hostal conocí a una pareja de españoles muy buena onda (Julián y Noelia), ambos de Madrid. Con ellos salí a pasear el primer día y nos comimos un excelente almuerzo echados en una plaza cercana a la ciudad antigua. Durante tan distendido almuerzo me contaron sus experiencias viajando en la india. Según ellos es un gran desorden al cual uno termina acostumbrándose y disfrutando,…veremos. Tengo que ir allá. Lo notable de esta pareja que anda por los 25 años, es su interés por viajar y enseñar. Ella es educadora de párvulos y Julián es ingeniero comercial. El trabajaba en una empresa donde la cantidad de horas de trabajo y lukas eran abultadas, hasta que se aburrió, renuncio y se puso a estudiar pedagogía para ser profesor. Simplemente notable.
También conocí un inglés, Richard, muy buena onda y re-buen partner durante el resto de la estadía. Este loco, a diferencia de la mayoría de los ingleses que he conocido, era de bajo perfil y bien culto. Estaba trabajando en San Petersburgo como profesor de inglés y le pagaban bastante bien. Con él partimos al citado festival con una local que el había conocido previamente. El festival estuvo buenísimo, tenía varios escenarios tocando música para todos los gustos y edades, incluso asistí a ver a un dúo reggae ucraniano. Además había mucha gente, cerveza, saltos en benji, pantalla para ver el mundial, etc., etc.
Al final del primer día del festival terminamos tomando unas cervezas y vino con un importador de vino chileno que conocía al grupo con el que andábamos. Eran como las 12 PM y ya estaban todos bastante pasados (toman como bestias) y a nuestro socio se le ocurrió que debíamos ir a una disco. Entramos al local auspiciados por nuestro anfitrión y quedamos pa’dentro con el nivel de las minas, en dos palabras IM PRESIONANTE, y muy superior a Estocolmo y el resto de escandinavia.
Ya al día siguiente, el festival siguió un ritmo parecido, yo estaba con un poco de resaca y cansancio así que fue mas tranquilo. El viernes al mediodía salí para Riga.

Riga (7 al 10 de Julio, 2006)

Llegue a la capital de Letonia a las seis de la tarde. De a poco uno se empieza a sumergir en la ex-Unión Soviética. Entre los antiguos trolleys, algunos diarios en ruso y algunas construcciones eminentemente comunistas, uno logra percibir algo de aquel sistema social. Además, el 60% de la población de Riga son rusos. Aquí a diferencia de Tallin se percibe una atmósfera más cerrada y se logra percibir la explosión indiscriminada del capitalismo, tanto en lo positivo como en lo negativo. Se ven toneladas de ingleses que vienen solo por el fin de semana en son de hueveo, los recibe una ciudad con cerveza barata, mujeres muy atractivas y un montón de discos y topletes. Un español que lleva aquí un tiempo, Joséle, me contaba que algunas autoridades de la ciudad le habían dicho que esperaban transformar Riga en una “Las Vegas” europea (seria una lastima si eso pasara).

La primera noche la pase en una hostal que quedaba en el centro-centro, pero además de la bulla, no era el lugar más indicado para conocer a otros viajeros. Aproveche de llamar a Chile, comer algo, darme una vuelta en las calles de noche y ver a cada filete desfilar. Después al sobre.

Al día siguiente me cambie a otra hostal que estaba mucho mejor, es simplemente decisiva la influencia que tiene una hostal con “onda” sobre la apreciación de la ciudad,…la cambia en 180 grados. Solo el hecho de conocer más viajeros, cambia todo el asunto. Incluso me tope en la misma hostal con la pareja de españoles que estuve en Tallin.

Hacia un calor sofocante en la ciudad, así que salí a recorrerla tranquilamente, sin apuro. Partí por un Museo de la Ocupación, que trata la historia de la ocupación soviética y nazi de este país desde el año 1941 hasta el 1991. Este es un museo al que habría que enviar a todo matewea admirador de un régimen totalitario. El holocausto nazi, es bastante conocido en el mundo entero, en cambio el holocausto de la unión soviética parece que solo se murmura débilmente. Para todos los escépticos, aquí queda de manifiesto las atrocidades que le hicieron a este pueblo los “colegas” de Allende. En nombre del “proletariado”, estos burócratas trataron de eliminar todo rastro cultural y racial del pueblo letonio, asesinando y deportando a Siberia a cientos de miles de personas. Después de ver este museo me quedo dando vuelta en la cabeza como gente inteligente y educada puedan aun desconocer los hechos y seguir simpatizando con esta camada de desalmados. O mera ignorancia o idiotez pura.

Saliendo del museo, me recorrí todo el casco antiguo de la ciudad, que consta de una arquitectura semi medieval alemana y de un montón de iglesias, donde se mezclan tanto las luteranas con las ortodoxas y católicas. Una gran mescolanza dentro de un laberinto de calles sin mucho sentido. Cada cinco minutos la mirada se distrae hacia alguna letona que en vez de una mini luce un cinturón bien grande.

Al final de mi paseo, una música de vals en vivo me condujo hacia un ensayo de un grupo de música clásica en un corredor de alguna gran iglesia. Escucharlos a solo cinco metros de distancia fue un deleite,….y gratis.

Ya por la tarde-noche empezamos a calentar motores en el pub de la hostal, ahí se conoce a diversos personajes muy interesantes y siempre acompañado de una cerveza. Después de terminado el “match” entre Portugal y Alemania, nos lanzamos a celebrar el comienzo de mis treinta años……UFFF. Fuimos por otras cervezas y de ahí a una disco que nos llevo una rusa. Parece que las discos son una perdida de plata y tiempo, es muy difícil poder siquiera bailar algo,…todo es drum and base, hip-hop, etc. Parece que me quedo en los bares.

El domingo, día de mi cumpleaños, partimos a la playa un grupo de la hostal, bastante diverso étnicamente. Las playas del báltico son extrañamente calidas, uno esperaría que fuesen un cubo de hielo, pero no, mas bien parece tropical…onda medio pegote. Disfrutamos de jugar al freesbee en el agua y de una entretenida conversación echados en la arena. Después pasamos a comer y tomar algo antes de tomar el tren de vuelta a Riga (1 ½ hrs), este tren te sumerge a la era soviética (pocas sonrisas). Ya en el pub de la hostal seguimos brindando viendo la final del mundial. Lastima que no gano Francia.

Después de comprar mi ticket para Klapeida, me fui a recorrer el mercado de la ciudad. Simplemente el nivel de desarrollo que se aprecia aquí es similar al que tenemos en Chile, quizás nosotros estemos un poco mejor. El mercado era buenísimo y tenia de todo, desde billeteras hasta salchichas. Después de darle varias vueltas, pase a almorzar a un puestito que tenían unas gordas donde me comí una sopa típica rusa y un plato típico de Letonia por solo mil pesos. Se trataba del típico local del obrero de la contru, no podía fallar. Bueno y barato. Saliendo del mercado fui a ver un edificio que tenia ciertas reminiscencias al Empire estate, guardando las proporciones por supuesto. Se trataba de una construcción levantada en la era de Stalin que funcionaría como hotel para los campesinos de la ciudad. Por supuesto que semejante imbecilidad nunca funciono, fue un gasto de plata y tiempo que hoy es utilizado por el instituto de ciencia y tecnología. Obviamente los campesinos estaban bastante ocupados con las tareas rurales como para visitar la ciudad y asistir a aburridas reuniones burocráticas partidistas. Lo simpático de la historia viene aquí. Una señora que trabaja ahí llevando turistas al mirador del edificio y a la sala de la asamblea, me ofreció el paseo. Yo, frente a mi ajustado presupuesto, le dije que no podía pagarlo y después de conversar unos minutos me viré. Unos cinco segundos después, la señora salio a buscarme y me invito a hacer el tour gratis ya que no había nadie solicitándolo, además que se sentía identificada con los viajeros de bajo presupuesto. Bueno la visita estuvo excelente y aun mejor todo lo que me hablo sobre Riga, sobre los años de ocupación y los tiempos actuales donde las cosas distan de ser color de rosa.

Lithuania (10 al 12 de julio)

Salí para Klaipedia a las tres de la tarde y expectante de lo que podía mostrar esta pequeña ciudad en la costa del mar Báltico. En el bus me fui conversando con una letona que en un limitado ingles me preguntaba que andaba haciendo por allá. En realidad,… ¿Qué andaba yo hueviando por allá?

El hostal donde me quede era enano, onda 20 camas y poco ambiente. Igual salí a comer algo y a ver que onda la noche, pasaba re poco, así que después de comerme una pisa y interactuar un poco con unos alemanes me fui al sobre.
Al día siguiente me fui la playa que queda cerca de la ciudad. Como es verano la playa estaba bastante concurrida, pero dista mucho de ser el sector 5 de Reñaca, aun así habían algunos exponentes de gran factura. Me bañe, hice playitas, revolcones, escalopas, etc. En fin, todo aquello que no se puede hacer en la ciudad. Aparte de lo anterior, esta ciudad es totalmente eludible en un nuevo recorrido por la zona.

En mi camino hacia Cracovia tuve que hacer una parada obligatoria en Kaunas (Lituania) para esperar mi próxima conexión. No me quedo otra que darle una paseada a la ciudad. Según las guías de viaje, Kaunas es la cuna de la mafia post soviética y de la movida cultural, lo último dado a su importante población estudiantil. Ninguna de las dos afirmaciones anteriores las pude corroborar en mi corta estadía de 12 horas. Lo que si pude corroborar, son los mismos tres patrones que se ven en el resto de las ciudades bálticas. 1-. Una ciudad pobre dado su pasado soviético tratando de salir adelante con las herramientas que le entrega el capitalismo. 2-. Un centro medieval con un estilo arquitectónico alemán y unos suburbios funcionales al más puro estilo soviético. 3-. Una densidad por metro cuadrado de minas ricas abismante. En la pasada y para hacer mas corta mi espera, me leí un libro muy recomendable “Freakonomics”.

Cracovia (13 al 19 de Julio)

Finalmente llegue a Cracovia. Esta ciudad encanta a la vista desde el primer minuto. Como fue la capital del reino polaco durante varios siglos, la ciudad tiene una arquitectura elegante y refinada tanto en iglesias como en edificios corrientes. Cracovia tuvo la suerte de salvar ilesa durante la 2da guerra, así que todo se conserva perfectamente. La ciudad esta urbanizada en una plaza principal enorme con una tremenda catedral gótica en medio. Alrededor de la plaza existen muchos bares, tiendas y restaurantes asentados en antiguos edificios, todo termina en un gran cinturón de jardines y murallas que rodean todo el centro antiguo. En todo caso, el centro es bien turístico y movido, pero si uno quiere una atmósfera más local, esta se encuentra en el antiguo distrito judío. Ahí, donde antes de la guerra vivían una población no menor de judíos, se ha transformado en una zona de bares, cafés y restaurantes muy estilosos, baratos y frecuentados por polacos. Esa zona ha sufrido una suerte de cambio de giro muy interesante en los últimos años.
En el cerro que mira a la ciudad y al río, se encuentra el castillo real y otra importante iglesia. Es bien bonito y vale la pena de visitar, pero después de tantos castillos visitados no me impresiono en absoluto. Quizás ya estaba un poco saturado de Europa con sus castillos, museos, iglesias y urbes.

También visite Auschwitz y Birkenau. Es un tétrico paseo de un día donde se puede percibir, mirar e imaginar el dolor y sufrimiento de la gente que vivió y murió aquí. Es tenebroso lo que se puede hacer invocando el odio en el ser humano. Aquí se calcula que murieron cerca de 1.3 millón de judíos, además soviéticos, polacos, gitanos, etc. El tour dura 3 horas y media y consta de una completa explicación de los horrores cometidos en esta localidad, pasando por las barracas, cámaras de gases, crematorios, etc. Sin duda es un lugar que se DEBE visitar para aprehender de la historia y no volver a cometer semejantes brutalidades. Ya que quise saber mas sobre el tema, encontré un libro muy bueno que explica con detalle todo el funcionamiento del campo y lo sucedido en ese horroroso lugar

El último día fui a pasear por un vecindario poco turístico pero bien distintivo de una época. Se trata de un barrio construido en la época comunista. Es una urbanización muy grande en que todos los edificios son exactamente iguales y funcionales, todo muy cuadrado y gris. Es como un barrio sin alma, sin identidad. Pareciera que todo lo que se hizo durante la era soviética en todos estos países fue sólo un gran error.

Mención aparte fue la hostal donde me quede. En Cracovia hay muchísimas hostales y son relativamente baratas. Esta en particular era nueva y era un lujo, todo en estilo minimalista y atendido por unas polacas muy buena onda. Además tenia un bar bien bueno donde conocí harta gente. Primero unos canadienses bien agradables y tranquilos y a un grupo de gallegos con los que salí de joda y nos reímos muchísimo. Parece que no solo el idioma es lo que tenemos en común, sino también la misma inclinación al carrete.

Frankfurt (19 al 21 de julio)

Llegue a Frankfurt por la sola razón de que desde aquí salía mi avión para Bangkok. Por un error no premeditado llegué dos días antes, así que salí a explorar la ciudad de la cual tenia vagos recuerdos. Hacia un calor sofocante, cerca de 35 grados y bastante humedad, lo cual no impidió mi recorrido, pero sí lo hizo más lento y pausado.
Frankfurt es una ciudad que después de la 2da guerra solo quedaron cenizas, así que no hay centros medievales o alguna antigua iglesia que visitar, a lo más se han reconstruido ciertos edificios. Lo que si hay son edificios corporativos, oficinistas, más oficinistas, rascacielos, algunos buenos museos y bancos. O sea, es una lata. Es una ciudad a la cual uno visita solo por su aeropuerto, que te conecta con todo e mundo, y ya. No hay mas que decir o hacer, solo esperar mi avión.

Italia, Hungria, Serbia y Alemania...

Italia

Parma (2 al 4 de Junio)

El motivo de pasada por la tierra del tortelini era visitar a Nicola, amigo mío con quien compartí durante seis meses el departamento en California durante mi intercambio en el 2001.
Me tome el tren desde Niza a Milán alrededor de las 9 de la mañana, el recorrido es simplemente impresionante. El tren bordea toda la costa franco-italica donde se aprecia un verdadero diaporama de postales. Pequeños pueblos construidos entre el acantilado y la playa, antiguamente habitados por pescadores y hoy trasformados en pequeños centros turísticos. Es un paseo que lo recomiendo 100%.

Finalmente arribe a Parma a las cinco la tarde. Nicola, quien venía a la ciudad a visitar a sus amigos y familia (trabaja en Trento), llegó a buscarme a las seis y algo. Fue un emotivo encuentro, después de tantos años, volver a ver a un a un buen amigo no es menor. Rápidamente nos subimos a su vehiculo, un taquilla mini cooper, y partimos hacia el depto y de ahí al carrete. La primera parada fue en un bar donde nos esperaba Federico, amigo del colegio de Nicola, ahí nos tomamos una cerveza y zampamos algunos aperitivos. Finalizada la cerveza, los tres partimos a un restorán de comida típica italiana, al puro estilo de la nona. El local, de corte campestre, se ubicaba en las afueras de Parma y obviamente teníamos mesa reservada. Nos “servimos” una variedad de manjares itálicos: jamones, quesos y pastas de primera. Hay que destacar que la comida de Parma es reconocida tanto dentro como afuera de Italia, y la verdad es que se nota. Siempre bien acompañado de un vinito y otros bebestibles, y nos reímos de las mismas huevadas que en nuestro departamento en Santa Bárbara. Pareciera que no hubieran pasado cinco años.

Seguimos la noche en una fiesta en una casa Okupa. En otras palabras, se trataba de fiesta media punk en una casa abandonada que algunos conocidos de Nicola y Federico la utilizan para fiestas, tocatas y esas cosas. Ahí conocí bastante gente y todos eran muy amables conmigo, de hecho era yo el único foráneo en el evento. Pero la noche no termina aquí, no no noooohhh!!!!!! Ya con mis ultimas energías, fuimos a la disco mas cool de Parma. Esta estaba construida al aire libre y tenía muchos jardines, obviamente había una zona indoor con pista de baile y todo, pero invitaba a estar afuera. Ahí estuvimos echando la talla con distintos amigos y amigas de mis dos socios. Debo mencionar las que las amigas de ellos andaban muy bien, a medida que nos alejamos de UK la cosa va mejorando. Después de la disco estaba tan cansado que me dormido en el auto.

Al día siguiente salí tipo doce a una excursión a Bologna por el día y es una ciudad universitaria queda a solo 40 minutos en tren de Parma. Bologna vale 100% la pena, tiene una arquitectura notable, edificios de varios siglos de distintas tonalidades que le dan una armonía increíble. Aun más, las veredas están cobijadas bajo el alero de cada edificio formando una telaraña de corredores. Además se respira una onda universitaria y un ambiente muy movido. Como dato rosa, la universidad de Bologna es una de las más (sino la más) antigua de Europa. Tipo 6 me volví a Parma, donde me junte con Nicola para ir a una parrilla. Este asado era entre puros amigos del colegio de Nicola y yo, en una casa de campo típica italiana a las afueras de Parma. En esta parcelita, el dueño de casa y su nono (abuelo) hacen vino de mesa a la manera antigua y según lo que explicaba es relativamente simple y es un conocimiento que se traspasa de generación en generación. En fin, estuvo muy entretenido y entre italiano, español e ingles logramos entendernos de lo más bien. Me llama la atención que culturalmente somos bien parecidos a los italianos, son bien apegados a la familia, tradiciones y amigos…, algo que en otras culturas no se ve tan evidentemente.

El domingo después de tomar un buen capuchino, salimos hacia la casa de la polola de Nicola en….(no me acuerdo el nombre de la ciudad). Desde ahí yo me tomaría el tren hacia Venecia. Nos recibió muy afectuosamente la familia de ella (tampoco me logro acordar de su nombre), comimos unos quesos y tomamos una cervecitas conversando en la terraza con una vista espectacular sobre las parras y la ciudad. Cabe mencionar que también hacen vino para el consumo familiar y hasta me regalaron una botella. Me llamo la atención lo cariñosa que fue la mama de la (no me acuerdo del nombre) ya que encontraba fantástico esto del viaje e incluso me dio 20 euros para el tren. Me fui de lo más regalado. La pareja de tórtolos me dejo en la estación de trenes prometiendo que en futuro se van de viaje a Sudamérica, destino que aumenta su popularidad radicalmente entre europeos. Ahora a Venecia los pasajes.

No puedo dejar de mencionar y agradecer la hospitalidad de mi anfitrión, simplemente se pasó.

Venecia (4 al 6 de Junio)

Ohhh soleee mioooooooo!!, ……¡mula!. Esa es la verdad, Venecia, a parte de su majestuosa construcción, emplazamiento e iglesias, no tiene nada de autentico. Simplemente una decepción. Recomiendo descubrirla a través del Discovery Channel que personalmente. Supongan la mayor cantidad de turistas que se puedan imaginar, ahora multipliquen por un millón, ese es el ambiente…ordas de turistas. Puro turismo envasado, nada es real. De hecho, desde el que atiende el kiosco hasta el gondolero no residen en Venecia, sino en la ciudad que queda en la costa. En Venecia casi ya no vive nadie, solo turistas, y para colmo es CARISIMO.
Me quede tres días y pasee todo lo que pude. En esta ciudad turistear caminando no es nada de fácil. Con mapa en mano es facilísimo partir en un sentido, caminar media hora con un convencimiento pleno de llevar el rumbo correcto y de repente volver al punto de partida. A la tercera vez que pasa lo mismo, el mapa se va al bolsillo y se ve lo que aparezca. Venecia es un laberinto sin sentido segregado por canales y conectado por más de 400 puentes. Arquitectónicamente y visualmente, es una maravilla, pero para efectos prácticos es un desastre.

Me llamo la atención lo recargada que es la arquitectura de esta ciudad. Probablemente se refiere a que en su peak, esta fue una ciudad de mucho billete (new rich), donde comerciantes de todos lados se daban cita y establecían sus casa y/u oficinas. Así que la consigna era “que no se note pobreza”, lo que se transforma en un estilo rococó exuberante en formas, figuras, adornos y colores. La sencillez no tenía cabida en esta urbanización.

En la plaza San Marco me hice un pequeño picnic consistente en quesos, jamones serranos y una cerveza. Ahí sentado en la orilla pude disfrutar de los especulares cuartetos de música clásica, que tocan en los distintos cafés ubicados en los costados de la plaza, para aquellos pudientes turistas que pueden costear un café de nueve euros,….¡¡una ganga!!

En realidad no se si Venecia sea un buen destino para un mochilero, ya que todo se hace inalcanzable con los precios. Quizás seria distinta la historia si vuelvo en treinta años con un presupuesto holgado y una guía turística incluida, pero para quien quiera ir en plan mochila,… mejor visitar otro destino. Así que arranque a toda maquina y con resfrió de proporciones, a mi nuevo destino,…Budapest.




Budapest (6 al 10 de junio)

El tren que salía de Venecia a Budapest era húngaro. Se acabaron las sonrisas, los baños impecables y los trenes modernos. Entré a la era soviética con sus “sofisticadas” instalaciones y “amables” tratos. Finalmente después de pagar un “extra” que me exigió el encargado del vagón, me pude dedicar a conversar con un australiano con el que compartía la cabina. Este loco era un abogado de unos 34 años muy piola, que había venido por dos meses a Europa a trabajar como voluntario a una granja orgánica y aprehender de esta emergente cultura,…además de viajar un poco también. Entre otros temas, hablamos sobre la India, lugar que a mi me interesa conocer. Más aun, él me insto a tomar un curso de meditación gratis que dan por allá y que según él es inolvidable. Veremos como se dan las cosas.

En Budapest me quede en una hostal muy céntrica y chica, sólo 20 camas. Esta estaba administrada por un puertorriqueño muy buena onda y bueno pa’la conversa, así que nos hicimos amigos rápidamente y me mantuvo entretenido con mil temas.

Era segunda vez que visitaba esta ciudad, había estado acá hace casi 7 años en mi primer viaje fuera de Chile. Tenía buenos recuerdos y me acordaba muy bien de su pomposa urbanización y arquitectura, lo cual sigue igual y mejor. A su imperial arquitectura se le ha inyectado un montón de locales en estilo minimalista, generando un una mezcla de estilos notable. Caminar por la ciudad es sencillamente un agrado a la vista y como telón de fondo….el Danubio y el castillo del rey Matías. Esta ciudad esta dividida en dos partes, Buda y Pest, cada una a cada lado del río. Obviamente no me acuerdo cual es cual, pero les puedo contar que una es el centro comercial y político de la ciudad y la otra es un sector mas residencial y de más $$$.

Aparte de pasear, aproveché de hacer dos paseos muy buenos. El primero consistió en un tour alternativo al parque de las esculturas soviéticas en las afueras de la ciudad, seguido una visita a una viña húngara con su respectiva cata de vinos. Para empezar nuestro guía era un socio muy buena onda que se aburrió de trabajar en la oficina y decidió, después de viajar un resto, organizar y guiar tours para mochileros por la ciudad y alrededores (extraño síntoma, otro más que se aburre en la oficina). Ya en el parque, nuestro guía nos explicó la historia húngara y el motivo de cada una de esas esculturas “pro – proletariado”. Este parque consta de unos veinte trabajos “artísticos” que con la caída del comunismo fueron apedreados, garabateados y desalojados de la cuidad. Años mas tarde un astuto hombre recolectó todas estas esculturas y las trasladó hasta el actual parque donde erigió este museo y se hizo un negocio nada despreciable. Desde el citado parque, nos dirigimos hasta la viña en la veloz combi de nuestro guía. Ahí conocimos todo el proceso de producción de esta viña de corte artesanal, que además tiene toda su cava localizada en una gruta natural entregando naturalmente las mejores condiciones para la guarda del imperioso brebaje. La verdad es que la tomatera duro 3 horas, probamos vinos de todas layas y tratamos de engañar el estomago con unas insurrectas galletitas, como resultado,….salimos pasadísimos.

Otro gusto que me di fue ir a los baños turcos, costumbre muy arraigada en esta cultura, de hecho los baños mas antiguos datan de varios cientos de años (remodelados lógicamente) y están constantemente llenos. Lo jocoso es que el día en el cual yo asistí era solo para hombres, lo que se traduce en utilizar el taparrabos más indigno que he vestido en mi vida. Igual no más, gocé de la siguiente rutina 4 veces: baño de vapor à piscina temperada (cinco temperaturas distintas) à piscina helada à sauna. Finalmente quedé sumamente relajado.

En lo que vida nocturna se refiere, hice un descubrimiento notable: West Balcans. Se trata de bar-disco de corte alternativo, pero que mezcla gente de todos tipos en dos ambientes gigantescos. El primero es una antigua casa, donde no hay un solo símbolo en el exterior que identifique el bar, en la cual en cada una de las diferentes piezas se pueden encontrar mesas, barras, taca tacas, puestos de comida, etc., al final un gran jardín con muchísimas mesas y un gran barra a lo largo. Es el lugar perfecto para ir a calentar motores. El segundo ambiente queda a unos 100 metro caminando desde la casa. Ahí en un espacio muy grande y abierto, hay un LARGUISIMA barra y al final de ella una pista de baile donde el animo es considerable. Además, que los precios son módicos, la entrada es gratis y la atmósfera muy buena onda. 100% recomendable.

Belgrado (10 al 12 de Junio)

Es una de esas ciudades donde no hay mucho que ver, ni tampoco mucho que hacer. La verdad es que fue un poco decepcionante. Ahí se respira el olor a una reciente cruda guerra. Recién se ven unos poquísimos turistas y la natural fiebre consumista post guerra. Mucho vidrio polarizado, taco alto y pelo teñido. Pareciera una sociedad aislada del resto de Europa. La gente es amable y hablan muy bien ingles, así que no era problema no entender lo escrito en las calles (utilizan el alfabeto eslavo). En todo caso conocí a un par de australianos con los que estuve echando la talla la mayoría del tiempo que estuve ahí, y aprovechamos de comer y tomar barato. Conocimos unos pocos locales, entre ellos los recepcionistas de la hostal fue con los conversamos más y quienes nos mencionaron los distintos lugares a visitar, pero después de las otras ciudades donde ya había estado, esta no tenia como llamar mi atención. En fin, no fue gran cosa así que tome mis pilchas al tercer día y me di una maratón de 24 horas en tren hasta Colonia en Alemania. Ahí pase a visitar a mi tía Ruth que hacia diez años que no la veía.

Colonia (13 al 16 de junio)

A medida que iba cambiando de tren el estándar de estos subía más y más, hasta que tomé la última conexión München – Colonia en el ICE,…un lujo. El máximo tiempo de espera entre cada cambio de tren fue de media hora y sin atrasos de ningún tipo,…increíble!

La casa de mi tía fue como un oasis, aproveché de descansar y ponerme al tanto de su vida. Nos tocaron días semi nublados, pero bastante calurosos. Hicimos algunos paseos por el Rihn, tanto por la ribera como en bote y también recorrimos el centro de la ciudad, muy relajado y sin apuro. Conversamos mucho, diez años da para hablar mas de una semana, así que entre comida y comida siempre había un paseo por hacer y hablar. También tuve la oportunidad de ver y admirar muchos de sus cuadros (pintura no figurativa), que de paso debo admitir que me gustaron mucho. Mi tía, a los casi ochenta años tiene una vitalidad sorprendente, incluso muy superior a gente de mi edad. Otro ejemplo de que la edad da lo mismo, lo que importa es la determinación.

Aquí pase dos agradables días y el viernes seguí hacia el norte, específicamente Hamburgo. Ahí empezaría un viaje por Escandinava y las republicas Bálticas, una zona que hace mucho tiempo quería recorrer.

Hamburgo (16 al 21 de junio)

La impresión que me lleve de Hamburgo es la de una ciudad elegante y liberal. Tiene una mezcla de arquitectura moderna y clásica, todo conectado con parques, puentes, lagunas y canales muy pulcros. Si a lo anterior le agregamos la eficiencia de los servicios alemanes, se transforma en una urbe muy deseable de vivir si no fuese por los precios. Como dije anteriormente, Hamburgo es una ciudad elegante, y por ende, muy cara, esto se refleja en los autos, ropa y tiendas,… mucho estilo.

La razón de la parada en esta ciudad era visitar a chale, quien habita un chalet notable y muy bien ubicado. Obviamente era viernes en la tarde así, que después de pasarlo a buscar a la oficina nos aplicamos unas chelas y su conversa. De ahí, ya de noche, mi anfitrión me llevo a un bar muy estiloso. Todo era mobiliario antiguo de segunda mano dispuestos como mini living con solo sofás y mesas de centro, al fondo una barra para pedir los cócteles, muy simple y con buenísima atmósfera. Este bar es perfeto para tomarse unos copetes antes de ir a meterse a alguna disco.

El sábado en la tarde partiríamos en viaje relámpago a Berlín que no vale la pena recordar. Entre las horas perdidas en el metro y la plata gastada,… fue simplemente una mala decisión. Lo bueno fue la mañana del sábado, donde junto con mi anfitrión fuimos a jugar un partido de squash a un club de lo mas pituco (debe ser mejor que el Baltus y el Go juntos). En el partido, di mi mejor esfuerzo y aun así me dieron una boleta. Una vez terminado el match nos dirijamos a la zona de saunas y spas, lo cuales son mixtos. Sí, la escena era bien surreal, hombres mujeres y niños,…todos practicando el naturismo. Hay que destacar que las valkirias estaban muy agraciadas. Toda una experiencia.

El resto de los días los dedique a pasear por la ciudad, contagiarme de la fiebre mundialera y constatar la efervecensia que genera en los alemanes el fútbol.

Lo que si me llamo la atención en Alemania es la cantidad de cerveza que toman, ya que no solo es en los bares, si no hasta en el metro. De hecho, es sumamente común ver que en el metro cada uno anda con su “mamadera” de cerveza,…y a toda hora.

Francia de nuevo...

Francia de nuevo (del 30 de Mayo al 2 de junio del 2006)

Llegue a Carcassonne desde Barcelona en un viaje Express. El plan era pasar visitar la ciudad medieval, pasar la noche y salir temprano hacia la costa azul.
Todo se cumplió tal cual, recorrí la ciudad medieval, que es muy bonita y aun más en un día soleado, aloje en un hotel para olvidar y partí hacia la costa azul muy temprano en la mañana.

En cuanto a Carcassonne, es un pueblito muy turístico, gracias a su ciudad medieval que aun esta en pie y todavía habitada, la verdad es que esta “habitada” por incontables tiendas de souvenirs y restaurantes con sus menús en cinco idiomas distintos. Si que vale la pena al recorrer las callecillas que rodean el castillo e imaginarse como era la vida ahí hace 500 años ahí, también se pueden tomar unas buenísimas fotos. Solo como dato, esta ciudad amurallada era un punto estratégico importantísimo ya que era la frontera entre los reinos de castilla y Francia.

La costa azul me recibió con lluvia y un poco de frió. Pero el viaje en tren es excelente. Este va bordeando toda línea costera y tiene unas vistas memorables, incluso me recordó el recorrido desde Papudo hasta Viña del Mar (guardando las proporciones por supuesto). De hecho aquí veranean los jeques árabes, estacionando sus humildes “botes” que sólo les falta volar. Se ve muchas lukas.

Tomando en cuenta lo dicho anteriormente y que toda la costa es el jardín de veraneo de los ricos y famosos, Niza no da para mucho más que tres días. Los precios son prohibitivos y mi bolsillo no aguanta ese ritmo.

Niza es la ciudad principal de la costa y es relativamente grande, más de lo que esperaba. En sus alrededores se encuentra Saint Tropez, Cannes, Monaco, etc., lugares sumamente humildes.

Me quede en un hostal donde conocí un grupo de gringas con las que compartí la pieza, también habían una coreanas pero con ellas era imposible comunicarse. Con las gringas fui al museo de Matisse, que vale hongo, y después nos fuimos a tomar un café de cinco euros ($3.200)… baratito ¿no? Después dimos un paseo por la playa, que es de piedras, y luego recorrimos el centro. Este es muy pintoresco y esta construido con edificios de colores de nos más de tres pisos muy cerca unos de otros entre callejuelas angostas.


Al día siguiente me fui a la playa de arena más cercana a Niza. Gocé de un día soleado de guata al sol bañándome en aguas turquesas, lo anterior, coronado por una fenomenal siesta. Por la noche, fui con un grupo de la hostal a un bar en que era “ladies night” que significa copete gratis para las mujeres. En el local solo había angloparlantes, especialmente ingleses (quienes manejaban el local). Después que tocó una banda en vivo se subió al podio el dj, en menos de una hora el local era una locura,…gente arriba de las mesas, derrame de licores, etc. Definitivamente cuando los “british” salen de juerga pierden todo control, obviamente con el gentil auspicio de toneladas de pints. Muy entretenido el carrete.