Reino Unido e Irlanda (del 31 de marzo al 18 de abril del 2006)

Simplemente lovely. La llegada a esta ciudad fue su resto tramitada. Después de pasar en banda una noche en aeropuerto de NYC, volar durante 6 horas y media a favor de la rotación terrestre y depues de tomar metro y tren,… llegue finalmente una colonia del reinado Fresno, gobernado por el virrey Sebastian. Su depto en Maidstone esa re-bueno, tiene todas las “facilities” necesarias y incluso el virrey consta de un vehiculo (muy útil por cierto). Después de unas merecidas chelas y su conversa caí muerto por las próximas 12hrs.
Al día siguiente partimos a buscar a Nicolas, quien llegaba al otro extremo de Londres, siete horas duro el paseo. Llegamos a la casa y de ahí directo a la disco, obvio era viernes. La disco de Maidstone debe haber sido algo así como la Millenium de Melipilla, igual de pintoresca. Las “minas” eran iguales pero en versión rubia y los copetes carísimos. Cabeza de serie o gigoló internacional trató de engatusar a alguna dama, pero parece que estaba muy cansado….mmmmmm.

El resto del fin de semana lo pasamos en Brighton y recorriendo el sur de Inglaterra. Lo primero estaba bien entretenido y al borde del mar, lo que no significa que sea calido. Había harto carrete, yo junto al gigoló fuimos a dos discos,…pero no le achuntamos mucho. Hay que ir bien dateado. Sebastian se quedo con par de chilenas con las que andábamos tomando unos PINTS.
El paseo dominguero estuvo re-bueno, anduvimos por toda la costa sur este de Inglaterra, que tiene unos acantilados y pueblos que bien vale la pena visitar. Ya después entramos a la campiña inglesa donde nuevamente habían unos paisajes LOVELY.
La anécdota fue que vimos la final de un campeonato de autos a control remoto, donde estaba nada menos que el campeón mundial. Estos autitos andaban hechos una corneta y eran manejados con una destreza impresionante, no por nada eran los mejores del planeta.

Una vez terminados los interminables buro-tramites del gigoló planetario, pudimos partir a Londres. Después de manejarnos muy bien en el Tube, llegamos a nuestra hostal seleccionada. El alojamiento pintaba para bien, pero esa es una historia que ya viene.

Nos tocaron unos días muy buenos, ni siquiera nos llovio. Después del check-in, salimos a dar el clásico paseo turístico a lo largo del Thamesis y llegando finalmente al Big ben. Tengo que decir que esta ciudad me gusto mucho desde el principio. Solo hay que considerar que es primavera y hace mucho frió, además de ser prohibitivamente cara.

El martes seguimos con la misma tónica caminar y pasear por los lugares turísticos y tomar unos pints. El miércoles fuimos al British Museum, es bien impactante ver toda la historia de la civilización humana en un día y en un solo lugar. Lo recorrimos entero junto a esos auriculares que explican cada cosa que uno se detiene a observar. Dos cosas para destacar: primero, ver cosas tan distintas, importantes, y de tanto valor como una estatua egipcia y después un moai; segundo, como han sido de exploradores y ladrones para llevarse monumentos enteros desde el otro lado del mundo hasta este museo. Para bien o para mal,…simplemente increíble.
Después del museo fuimos a la casa de a Cristina Goens a tomar el té, ella vive hace un rato en Inglaterra con su marido y nos quedamos conversando hasta tarde.

El miércoles en la noche partimos con un peruano bien simpático, que su nombre no recuerdo, a un local bien recomendado “The end”. El local estaba lejos de lo esperado, éramos los únicos pelotas vestidos mas formales, la música era heavy drum & base y el % de mujeres no era mayor al 15. Definitivamente el 80% de los asistentes estaba en la luna o en Marte, pero no ahí. Yo NO recomiendo el local.

El jueves yo fui por mi cuenta a la Torre de Londres, lugar bien histórico donde le cortaron la cabeza a innumerables personas. Lo más relevante, además del edificio que es antiquísimo, es la cantidad de intrigas y literalmente puñaladas por la espalda que se daban ahí adentro. Parece que es cierto que el poder corrompe.

Después, como a las siete, nos juntamos con Ork a tomarnos unas chelas. Fuimos a un bar en Campdent (o algo así) donde lo pasamos muy bien y conversamos y tomamos harto, un muy buen carrete!

De la comida inglesa, mejor no comentar.

Ahhhhhh, se me olvidaba la “anécdota” de la hostal. Esta era gigante, tenia 850 camas, bar, disco, etc, aunque limpieza no era su lema, igual estaba bien. Estaba repleto de teenagers, pero eso no es problema. A nosotros nos confinaron a una pieza para ocho personas que estaba en el subterráneo, por suerte tenia una ventana. Al lado de mi camarote, a un metro y medio había un lavamanos (el baño estaba afuera de la pieza en el corredor). Cuando volvimos en la noche y abrimos la puerta el cachetazo a encierro pegó fuerte, no obstante, seguimos adelante. Alguien estaba roncando muy fuerte y era nada menos que era el hueveta que dormia en el mismo camarote que yo. Filo, me puse los tapones pa´los oídos y ya. Todo iba regularmente bien hasta que despierto como a las 5 AM con el sonido de una llave de agua abierta muy fuerte, miro hacia el lavatorio y veo a Mr. Ronquidos semi en pelotas meando en el lavatorio!!!. El mismo lugar donde el resto de los huéspedes se lava los dientes. Increíble! Le eche una puteada pero ni pescó. A la mañana siguiente fuimos a alegar para que nos devolvieran la plata y resulta que Mr. Ronquido era empleado del hostal,….plop! Finalmente nos pasaron a otra pieza mejor y por el mismo precio, problema resuelto.

Dublín

Partimos a la ciudad de Guinness el sábado por la tarde en una Matadero-Palma con alas, o sea Ryanair. Primero casi perdimos el avión, la gordita del counter me hincho hasta que se aburrió por solo 2,5 kg de sobrepeso (el máximo es 15 kg). Cuando ya estábamos en fila en el gate para tomar el avión, este aun no llegaba. Lo que pasa es que mientras unos se bajan por la puerta de adelante, los otros se suben por la puerta de atrás (no literalmente pero casi).

Rodrigo (Alcalde) nos fue a buscar al aeropuerto, desde ahí nos fuimos a su casa. Esta parece sacada del cuento de hansel y gretel, es una casa que es monumento nacional y tiene muchísimos años. Obviamente nos esperaban unas cervezas bien heladas, las cuales disfrutamos rapidito. Salimos con Rodrigo y la Lola a comer y después a unos bares, era sábado. Después del restorán italiano que fuimos (muy bueno) pasamos a la zona donde esta todo pasando, lleno de bares y las mujeres solo con una polerita, mientras que nosotros con parka y gorro de lana,… ¿será genético la resistencia al frío que tienen? Igual, la imagen del barrio era un poco turístico, así que Rodrigo saco una lista de locales que le habían recomendado unas irlandesas.
La recomendación fue acertada, dimos con un lugar muy cool, lo mejor hasta ese minuto. Se llama Sugar club. Imagínense un teatro chico, ¾ del Cine Tobalaba, donde esta totalmente remodelado y en vez de butacas tiene mesas y sillones tipo loungues mirando hacia el escenario. Al fondo, al lado opuesto al escenario, un barra con un buen espacio libre, sobre el escenario una banda en vivo y obviamente entre el escenario y la primera fila había un buen espacio para bailar y por el costado, otra barra aislada por ventanales para conversar. En fin,…me gusto mucho el lugar.
En Guatemala el 2001 conocí unas irlandesas que cuando pasaron por Chile nos vimos. Apenas entré al Sugar Club fui a explorar la barra aislada y plop… me topo con una de ellas. Fue una increíble coincidencia, toparse en el mismo lugar… ¿como puede ser tan chico el mundo?.. Ya es tercera ve que me pasa. Una vez terminada la noche nos invito a todos a un desayuno al día siguiente en la casa de unos amigos de ella, donde iban estar algunas otras más que conocí en Guatemala. Ahí tuvimos un típico desayuno irlandés consistente en café, huevos fritos, longanizas, y frutas….uff livianito.
Los otros dos días salimos a turistear con la Lola como guía, excelente por cierto. Fuimos a conocer la fábrica de Guiness, más que mostrar el proceso de fabricación se trata de un museo que finaliza con un pint en el bar de la fábrica a algo así como 20 pisos.

El martes en la noche Rodrigo nos invito a comer a un restaurante finísimo donde sirven sus vinos, tengo que decirles que es la comida más fina que me he “servido” en mi viaje y probablemente sea la más fina que me “sirva” en el resto del viaje también. El restaurante se llama Trocadero y es muy bueno, vayan y tómense un vino Errázuriz.

Sólo para cultura general, según mi anfitrión, Irlanda antes de unirse a la Comunidad Europea era menos desarrollada, por tanto con el boom de desarrollo se hicieron ricos en muy poco tiempo. Todos empezaron a comprar autos sin alcanzar a preparar la infraestructura, las propiedades subieron de valor rapidísimo, etc. El resultado fue: una ciudad como Dublín donde es muy lento moverse en auto durante el día, el costo de vida en uno de los más altos de Europa, con tacos en todos lados y una migración importante desde Polonia, etc. El lado positivo es que las carreteras son muy buenas, esta lleno de polacas, y la ciudad esta bien tenida.


Edimburgo

De nuevo llegamos al justo para tomar el avión hacia Edimburgo. En el camino al departamento de mis amigos españoles nos topamos con Olivia, una de los anfitriones. Llegamos al depto y estaba excelente, muy grande, estilo victoriano construido principios del 1900 o finales del 1800. Quedaba emplazado en pleno centro, frente a un tremendo parque. Después de sacarnos la mochila partimos con unas cervecitas y luego salimos a dar una vuelta. La ciudad es impactante, partiendo por que esta coronada por un castillo y esta todo en un estilo arquitectónico muy definido (yo no se cual es este). Se nota que los anillos concéntricos cerca del castillo tienen construcciones de hace cientos de años, con calles estrechas y pasadizos por todos lados. A medida que uno va bajando desde el castillo se distinguen construcciones más nuevas, pero en un estilo arquitectónico muy similar. Simplemente la ciudad tiene una armonía exquisita. Además tiene mucha vida y harta juerga, bares hay en todas las esquinas y hay una comunidad de estudiantes y jóvenes españoles bien importante. Sólo como botón de ejemplo, en el departamento viven cuatro españoles y un escocés. Para vivir aquí hay que tener un aguante al frió notable, además de soportar un invierno con días cortísimos, en aquellos días se practica el deporte nacional…empinar el codo. Juan y Olivia, a quienes conocí en NYC, ya llevan viviendo cerca de seis años en Edimburgo y ya están un poco cansados del clima, según ellos es un poco deprimente los inviernos,….absolutamente entendible. De hecho existe una especie de depresión relacionada a la falta de luz y es muy común en países de estas latitudes.

Aparte de recorrer la ciudad y visitar un museo donde vi a la mismísima oveja dolly, visitamos un par de castillos (Edimburgo y Stirling) y fuimos hasta el lago Ness. No vimos al monstruo. Estuvimos en las mismísimas tierras donde William Wallace libró sus batallas, tomamos distintos tipos de wiskies (single malt) y visitamos las highlands. Es impresionante como pudieron habitar una zona tan inhóspita y según el guía “cada escocés tiene dos ovejas, una para alimentarse y otra para proporcionarle calor ¿?”.

El sábado, después de hacer un paseo en bicicleta, Juan hizo una paella para harta gente. Fue una suerte de asado, pero con paella. Tomamos vino chileno y seguimos el carrete hasta tarde.

Nada más queda agradecer la gran hospitalidad y buena onda de Juan, olivia y todos los que viven en ese departamento. ¡Muchas gracias!