Sunday, July 23, 2006

Francia parte 1 (19 de abril al 4 de mayo de 2006)

Llegue a Paris el jueves en la noche, el cambio de temperatura desde Londres hasta acá es increíble, todo el día en polera. Ahí si que uno se siente en primavera. Después de un viaje un poco largo en trenà ferryàTGV….llegué. (El TGV anda echo una corneta!!!)
Me hice amigo del recepcionista de la hostal, un brasilero simpático y bien culto que estudia cine. Me invitó a tomar una botella de vino junto a su polola mientras atendía la recepción hasta las 10 AM del otro dia,…….UFF. Imagínense pasarse la noche entera en banda, dos veces por semana además de estudiar y hacer una vida regular,…livianito.
El día siguiente salí a pasear en búsqueda del consumo, necesitaba unas buenas zapatillas y estaba tentado de comprarme una bici. Definitivamente la mejor forma de pasear por estas ciudades es en bicicleta, se aprecian mejor los barrios, la arquitectura, la gente, los olores; además se ahorra $$ y se hace algo de deporte. Caminar es muy lento y andar en metro es como ser un topo urbano. Así que me compré unas zapatillas, las mías ya me daban vergüenza, y no me compre la bici ¿¿?? Que contradicción ¿o no? Aquí va el porque, mi profesora de francés me contacto con muy amigo de ella, Amoury, quien muy amablemente me invito a su casa el sábado a tomarme un café, tomar prestada su bici y conversar un rato. Llegue a su casa como a las 11 y me quede hasta pasadas las 4 de la tarde. Resulto ser muy buena la conversa con él y su señora, así que me invitaron a almorzar, me mostraron los lugares que tenia que ir en Francia y lugares interesantes en Paris. Ya en la bicicleta recorrí Paris por todos lados, incluso me agarro una lluvia cuando volvía de un típico picnic de día domingo en un parque de Paris.
Antes de llegar acá contacté a una amiga francesa que conocí en mexico hace cinco años. Mails van, mails vienen, finalmente ella me invito a un picnic que iba a tener el domingo con sus amigos en este parque (Montparnase), nosotros haríamos un asado en vez de un picnic. El asunto estuvo re bueno, harto queso, vino y algo entendí en francés. A la vuelta me agarro una fuerte lluvia mientras pedaleaba devuelta al hostal. En todo caso me he manejado decentemente en el idioma local, pensé que iba a dar la hora.

De todo los lugares que vi en Paris no los voy a latear, ya que varios ya han venido y los que no TIENEN que venir a conocer esta ciudad. En cuanto a datos y lugares, literatura hay de sobra.
Una de las amigas de Charlotte, Perrine (estaba en el picnic), no trabajaba el lunes, así que me invito a ir al museo Pompidou. Lo que vimos en el museo fue una lata, una conferencia no se de que, eso si el café y la conversa antes del museo estuvo bien buena. Ella vivió en Santiago, así que es interesante escuchar una perspectiva distinta de nuestra ciudad y país. Para ahorrar unos pesos, ella me invito a quedarme en el departamento que comparte con otras francesas así que me que de una noche más. Esa noche había un carrete en su casa, obviamente en francés, hice todo lo que pude hacerme entender y entender de vuelta,…ufff no es fácil. Cuando se largaban a hablar rápido no entendía nada, igual fue una buena prueba….mi francés anda bien. Ahhhhh, había una siria que tenia tabaco de manzana de su país, lo fumamos en pipa,….bien bueno.

De Paris me fui a Blois, que es un pueblito en el valle del Loire donde están todos los castillos que habitaban los reyes y los “nobles” desde el siglo XVI hasta la revolución. Con razón les cortaron la cabeza a todos estos pasteles. Esta lleno de castillos, alrededor de 30, son construidos con un lujo impresionante mientras el resto del “pueblo” apenas tenia que comer. Quizás nosotros necesitemos de un avión presidencial ¿o no?
El primer día me fui al más grande: Chambord. Me arrendé una bicicleta y partí. Pensé que iba a alcanzar a visitar más castillos,…las we”$$%. Este castillo era bien impresionante, tenía un tamaño imponente, y una arquitectura llena de detalles renacentistas. Además contaba con una escalera loquísima, era doble y con forma de caracol encajada sobre un eje hueco de 2 metros de diámetro, diseñada por Leonardo Da Vinci. Este y los otros castillos que visite parecían de las películas de los tres mosqueteros.
El otro castillo que me llamo mucho la atención es el de Chenonceaux, este esta construido sobre un río, como si fuera un puente. Es de un lujo impresionante y tiene unos jardines muy rococó sacados de una película del 1700, incluso con laberintos hechos de arbustos.
Lo anecdótico de toda la lata que les relaté más arriba, es que en la hostal conocí a una familia francesa que me invito a visitar los castillos con ellos. Los conocí porque andaban con un cabro mexicano de intercambio escolar, Luis, quien al cachar que hablaba español me metió conversa. De ahí nos fuimos a tomar unas cervezas con toda la familia. Al día siguiente después dejarme en la estación de trenes, se les ocurrió invitarme al paseo ya que podían dejarme al final del día en otra ciudad mas al sur. El paseo estuvo excelente, conocí una familia de franceses in situ, practique y mejore mucho mi idioma galo y vi unos castillos prodigiosos. Fue una experiencia que jamás me la habría esperado.

Desde Tours me fui a Bordeaux, obviamente para conocer las viñas. A esta ciudad llegue a medianoche, lo que en verdad poco importa, si es que no se toma en cuenta que el barrio entre la estación de trenes y el albergue era más bien pelúo y que cuando llegue a la recepción figuraba un cartel que decía “Complet”. Menos mal que con mi francés básico logre entender que solo quedaba una cama y esa era la mía. UFFF,….que alivio.

Bordeaux es una ciudad sorprendentemente agradable. La gente es MUY amigable y es ideal para pasear a pata. Tiene mercados de antigüedades, libros, comida, etc. Además de buenos bares y restaurantes. La arquitectura es muy similar a Paris pero en miniatura, además de unos parques excelentes. Los vinos, tal cual como me dijo un viñatero local, los riega dios,….humilde el socio.

El sábado salí a caminar y a tomar un tour por los viñedos de alrededor. Luego que en la oficina de turismo me dijeron que no había cupo y quedaba lista la reserva para el día siguiente. En vista de lo anterior no me quedo más que salir a deambular por la ciudad sin un destino fijo, di vueltas por todos lados y termine en un parque donde me eche a leer. En realidad la atmósfera invitaba a quedarse a ahí por un buen rato. Así que me leí 100 páginas de una sentada y termine el famoso libro. Este lo compre en NYC y trata sobre los homeless de esa ciudad y sus historias personales,… onda quienes eran antes, como llegaron a vivir a los túneles y como es su vida en los túneles. Es altamente recomendable y es bastante fuerte. Para el que le interese se llama “The Mole People”.

En la noche, cuando volví a la hostal conocí unas australianas que habían llegado esa tarde, Angela y Joanne, eran muy buena onda. Así que nos tomamos un chelas y salimos a ver q’onda la noche Terminamos en un bar que estaba bien animado junto a dos locos que estaban en la hostal también, estos dos últimos estaban ya apunto de caerse de la pelota. Como a los dos había que estar devuelta por que la hostal la cierran por la noche. Esta “tallita” es bastante común en los albergues Francia (ojo).

Al mediodía del domingo, me tome el tour del vino. Obviamente estaba lleno de turistas, pero filo. El recorrido era muy bueno y te explican muy bien todo lo relacionado a las distintas clases de vinos, cepas, calidades, suelos, etc. Aparte, la región es muy agraciada. Nunca he estado recorriendo los valles de los vinos en Chile, pero aquí la cantidad de gente interesada en visitar las viñas es impresionante. Una actividad turística que deja muchos $$$. Nos llevaron a una viña boutique que producía poco vino pero de altísima calidad. Nos explicaron el proceso y también “degustamos” de una misma cepa cultivada en dos suelos distintos, el sabor era totalmente distinto. Aquí fue donde el viñatero, extrañado por mi pregunta de quien riega las viñas ya que ellos no las riegan, me respondió que Dios las regaba. Humilde.

Después e la visita a la viña pasamos a un pueblo muy antiguo y extremadamente bonito llamado Saint Emilliot (o algo así), aquí estaba la iglesia subterránea mas antigua de Europa, algo así como unas catacumbas.

En este tour conocí a un neocelandés y dos sudafricanas, una de las cuales andaba muy bien, con los que nos fuimos a tomar unos cafés, después a comer y finalmente a tomarnos unos copetes. Por supuesto, yo era el intérprete de todos ellos del ingles al francés y viceversa (que tal). Lo pasamos muy bien y nos dimos un festín en el restaurant. Es diferente conocer gente que sabes que lo más probable es que no los volverás a ver en tu vida, da una suerte de libertad diferente.

Para el día del trabajo me fui junto con las hermanas australianas a Biarritz, ya era absolutamente mandatario darse unos días de playa, relajo y ojala un poco de surf. Nos tomamos el TGV, yo por supuesto, en primera clase.

Biarritz es un balneario tradicional en Francia, muy famoso y no es barato. Da la impresión que es algo como Zapallar pero mucho más grande, con bastante gente viviendo ahí y con una onda surfista muy relajada. Esto último empezó alrededor de la década del 60, creo. El general, es bien bonito y tiene una playa bien rica para echarse a dormir y capear unas olas. El surf que me toco a mi era bien penca, las olas se caían, corrían re poco y había mucho surfista para las pocas olas habían. Cada vez quedo más convencido de que Chile tiene olas sin igual.

Junto a mis dos secuaces, aparte de playar, tomar vino, comer distintos jamones y quesos en la playa,….onda pic-nic con el huevo duro pero versión gala; encontramos un muy buen deal….Ostras. Estas son bien baratas, como $2500 la docena y son muy ricas, así que todos los dias que estuvimos por ahí pasamos a comernos unas ostritas al mercado. 100% recomendable.

El ultimo día en Biarritz, el cuarto, lo destinamos a ir Hossgore. Este es el spot de surf en Francia, es un pueblito de veraneo. Aquí han tomado lugar algunas fechas del circuito internacional, así que por fama Hossgore no se queda atrás.
Justo ese día estaba entrando unas olas y no había viento, así que las condiciones estaban dadas, solo faltaba saltar al agua. Me arrendé una tabla (bic) y un traje que me quedaba un poco chico, me corrí solo dos olas antes de que llegara el viento y arruinara toda la fiesta. En resumen, me pareció que no era mejor que Cachagua en un buen día…..que olas tenemos en Chile!!

Un detalle, la hostal era excelente. Incluso me prestaron bicicleta todos los días.

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