Wednesday, August 16, 2006

Paseando por el norte y este de Europa...

Escandinavia y los países bálticos

Bienvenido a la tierra donde no se pone el sol. Esto es lo más raro que ha tocado presenciar, son las doce de la noche y todavía hay luz. Y a las tres AM ya es de día, ¿a quien no se le pela un cable en estas condiciones?

Copenhague (21 al 27 de Junio)

Markus, un alemán que trabaja en la oficina de CCNI en Hamburgo me echo un aventón hasta Copenhague, la cagó lo rápido que manejan estos pasteles. En un familiar Opel Astra, este teutón no se bajo de los 160 kph, y a veces incluso más. Yo iba un poco asustado,… no es pa´menos.

En Copenhague me quede en la casa de Kirstine, una amiga danesa que conocí en un viaje por Mexico y Guatemala. Ahí me quede seis días, lo que me dio tiempo de conocer toda la ciudad, carretear con locales, hacer unos tramites y ver los octavos de final del mundial.
El jueves salí a pasear por la ciudad, especialmente por los lugares más importantes, todo fue fácil porque la Kirstine fue mi guía turístico. En general Copenhague es una ciudad muy bonita y ordenada, con una arquitectura elegante y sobria. No se ve ningún lujo pero tampoco pobreza, pareciera que toda la ciudad fue ideada y creada de una sola vez. Lo que mas llamó la atención son las ciclovías y los millones de ciclistas en las calles que aprovechan sus piernas como motor de su medio de transporte. Aquí movilizarse en bicicleta es lo más normal del mundo y no importa si llueve o nieve, la bicicleta se utiliza igual. En el metro, estaciones de trenes y otros lugares públicos existen unos estacionamientos de bicicletas de hasta dos alturas, donde dejan “aparcadas” unas 5000 bicicletas,…increíble!! Quizás, si adaptásemos un poco este estilo, podríamos tener menos tacos, menos contaminación atmosférica y acústica, andaríamos menos estresados y hasta estaríamos más atléticos. Rápidamente me tenían una bicicleta a mi disposición con la que pasee por toda ciudad, hice tramites y seguí paseando, etc. Insisto que la mejor forma de conocer una ciudad es en bici.

En la noche fuimos a ver un concierto de un grupo mexicano. La cagó el furor que desatan estos chingones. No se si son vistos como otra especie o como algo exótico, pero seguro que estos cuates no pasan desapercibidos. Tenían a todas estas rucias vueltas locas.

El viernes seguí paseando por la ciudad y por la noche tuve un carrete danés, era la celebración de la graduación de mi anfitriona. Ahí interactué directamente con los locales y estuve con otros dos daneses con los que viaje hace cinco años, Tobias y Astrid. Todo estuvo bien entretenido y regado. Podría afirmar, en base a mi experiencia, que los daneses son gente muy agradable, culta, educada y tranquila.

El sábado salí con Tobias a conocer Christiania. Este es un pueblo hippie en el interior de Copenhague. Se trata de un grupo de rebeldes que en los años setenta decidieron tomarse unas barracas militares abandonadas para formar su sociedad libre. Libre de impuestos, libre de los pacos, libre de normas convencionales y basada en vivir en comunidad. Veinte años después, esta zona se ve un poco más aburguesada, ya que los habitantes ya no son tan jóvenes, igual aún conserva su ánimo inicial y su sector donde se venden y consumen pitos como si fuesen super8. Después del turismo, me fui a tomar unas cervezas a su casa viendo el partido entre Mexico y Argentina. También traté de conseguirme una entrada al festival de Roskilde, que es el más importante del norte de Europa, pero fue imposible. Será para otro año.

El último día fui a hacer unos trámites al consulado chileno en Dinamarca. Me atendieron excelentemente bien y me solucionaron mis problemas rapidísimo,… ¡un agrado! Ahí durante mi espera conocí a un chileno que vive en el sur Suecia hace 25 años. Tuvimos una larga conversa y hasta me invito a almorzar, donde me explicó la génesis y evolución de nuestros compatriotas que emigraron a Suecia hace ya harto tiempo. En resumen se trata, de unos cuantos intelectuales que fueron asilados inicialmente, otros que buscaban mejores oportunidades para estudiar y trabajar, entre ellos él, y una manga no menor de aprovechadores que abusando de la ingenuidad vikinga y de la pillería chilensis han gozado de un sistema repleto de beneficios y regalías. Todo un orgullo nacional. También me explicó desde su experiencia la mentalidad vikinga. En fin, fue un día que pintaba para burocrático y dramáticamente aburrido y de repente se tornó en un entretenido análisis sociológico.

Estocolmo (28 al 30 de junio)

Me tome el bus a Estocolmo el martes por la noche. Supuestamente es un bus de noche, pero aquí el sol sale a las 3 de la mañana así que fue poco lo que pude dormir.

No me tope con Dj Mendez,…que lastima.

Todo en Escandinavia es horriblemente caro, lo anterior obliga a hacer un turismo muy contemplativo y sin un solo lujo. Me quede en una hostal que estaba muy bien ubicada y que tenia un sauna del cual saque buen provecho.

En estos tres días me dedique a recorrer el centro antiguo, el centro nuevo y disfrutar de soleadas siestas en los parques aledaños al mar. Estocolmo es una ciudad que data de cientos de años y que esta compuesta de una isla central donde esta la antigua ciudad y los alrededores en tierra firme que conforman la ciudad mas moderna. Es una ciudad muy sueca, es decir, bien bonita, ordenada y sin imprevistos. Desde la perspectiva foránea da la impresión que todo funciona perfecto, sin errores. Todo es limpio, estético y útil,…igual que en casa.

Conocí a un par de australianos en la hostal, con los que fui a tomar unas cervezas una de las noches. Los dos venían de ver perder a su equipo frente a Italia por un discutido penal. Salimos al hueveo provistos de muchas ganas y sed, eran ya las 11:30 de la noche y aun no estaba oscuro,…freak ¿¿cierto?? Fuimos a un par de bares donde nos tomamos algo (carisimas) y donde interactuamos con el resto de la concurrencia. El carrete no fue de aquellos ya que estos suecos no son muy buenos pa’ la fiesta y se dedican a puro tomar,…así que nosotros seguimos el ejemplo. A las 3 AM se acabó el carrete y adivinen,…ya era de día. Parecía que fueran las 8 de la mañana.

A Helsinki me fui en un ferry nocturno que me habían recomendado de ser uno de los puntos álgidos en lo que carrete se refiere. Me embarque a las 5 de la tarde y llegue a las diez de la mañana a la capital finlandesa. Parece que el famoso hueveo era un mito, porque lo que yo vi eran cuatro pelagatos en la disco y unas cuantas familias obesas ingiriendo cervezas al son del ritmo provisto por un cantante de cuarta en el bar. Yo no sé, pero o yo vivo en una realidad paralela o la gente es inmensamente mentirosa.


Helsinki (1 al 3 de julio)

Llegue el sábado en la noche y me quedaría por tan solo dos noches. El fin de semana es suficiente para recorrer esta ciudad y captar lo esencial. Además, esta es una ciudad cara, por lo que conviene recorrerla rápido.

La hostal donde me quede estaba bien ubicada, tenía un fantástico desayuno y era la alternativa más barata,…ambiente cero. Había una gran comitiva de metaleros hardcore con los que no intercambie palabra que asistían a un festival del género en la ciudad. Mas que un festival de música, parecía un montón de desadaptados ahogados en alcohol y otras sustancias aburridos de vivir.

Helsinki en una ciudad similar a las otras ciudades escandinavas pero con un toque ruso, dado a la proximidad con San Petersburgo y sus años bajo la dominación pre bolchevique. En general es muy simple, limpia y fácil de recorrer a pie. Tiene una armoniosa mezcla de edificios e iglesias de estilo Europeo y Ruso, y una impresionante catedral color blanco en la cima de una loma que gobierna el barrio más antiguo de Helsinki. También tiene un parque bastante agradable bordeando una pequeña bahia (o desembocadura de río) donde abundad los asados y los “runners”.

En lo que vida nocturna se refiere, salí a la búsqueda de un buen local por mi cuenta. Partí, por una bar donde presencie la eliminación de Brasil del mundial. Después, con solo buen olfato llegue a un bar disco que era “el lugar”. Aquí me quede hasta que cerraron, la música era muy buena y la gente muy piola. Da la impresión que los finlandeses son en general tranquilos y introvertidos,…hasta que toman. Desde ese momento, pierden todo pudor y son re-abiertos para echar la talla e invitar más copete. También el hecho que sea verano los predispone a gozar el minuto ya que después de ese efímero verano viene un crudo invierno con temperaturas bajo cero y depresivos días casi sin luz solar. En mi camino hacia la hostal pude constatar como esta desarrollada sociedad, galardonada con la mejor educación del mundo, no logra manejar la excesiva ingesta de alcohol. Se ve gente al borde de caer en coma etílico, mujeres “llendo al baño” en cualquier esquina y una manga de borrachos alarmante. Pareciera que el copete es una válvula de escape frente a un estilo de vida y/o clima que no les llenará.

El lunes me tome un ferry hacia Tallin, la capital de la primera de las tres republicas bálticas que visitaría.


Estos tres países son muy distintos a Escandinavia. La ocupación soviética, rasgos raciales distintos, un nivel de desarrollo similar al nuestro y una personalidad más propensa a la juerga, genera un atractivo especial para visitar en esta zona de Europa.

Tallin (3 al 7 de julio, 2006)

Estonia es la primera republica báltica con la me encontré, geográficamente esta debajo de Finlandia y comparten bastantes raíces en común. Dado esta influencia, Tallin se ve más desarrollada que el resto de las ciudades bálticas.

La idea era quedarme dos días, me quede cuatro. La ciudad es muy fotogénica. Costa de un centro antiguo de estilo medieval semi-rodeado por una serie murallas defensivas que datan desde hace varios siglos. Dentro del centro antiguo se pueden ver iglesias de todos tipos, edificios institucionales, restaurantes, bares, espectáculos folclóricos, tiendas de souvenirs y un millón de turistas. Alrededor esta la ciudad nueva, habitan edificios modernos, centros comerciales, playas, parques y edificios habitacionales de la época soviética. Durante mi estadía empezó el festival de música y cerveza donde el ambiente de fiesta era total. Entonces, una ciudad agradable, festival, precios razonables, cerveza barata y buenas minurris, invita a quedarse un rato más.

En el desde el ferry a la hostal conocí a una pareja de españoles muy buena onda (Julián y Noelia), ambos de Madrid. Con ellos salí a pasear el primer día y nos comimos un excelente almuerzo echados en una plaza cercana a la ciudad antigua. Durante tan distendido almuerzo me contaron sus experiencias viajando en la india. Según ellos es un gran desorden al cual uno termina acostumbrándose y disfrutando,…veremos. Tengo que ir allá. Lo notable de esta pareja que anda por los 25 años, es su interés por viajar y enseñar. Ella es educadora de párvulos y Julián es ingeniero comercial. El trabajaba en una empresa donde la cantidad de horas de trabajo y lukas eran abultadas, hasta que se aburrió, renuncio y se puso a estudiar pedagogía para ser profesor. Simplemente notable.
También conocí un inglés, Richard, muy buena onda y re-buen partner durante el resto de la estadía. Este loco, a diferencia de la mayoría de los ingleses que he conocido, era de bajo perfil y bien culto. Estaba trabajando en San Petersburgo como profesor de inglés y le pagaban bastante bien. Con él partimos al citado festival con una local que el había conocido previamente. El festival estuvo buenísimo, tenía varios escenarios tocando música para todos los gustos y edades, incluso asistí a ver a un dúo reggae ucraniano. Además había mucha gente, cerveza, saltos en benji, pantalla para ver el mundial, etc., etc.
Al final del primer día del festival terminamos tomando unas cervezas y vino con un importador de vino chileno que conocía al grupo con el que andábamos. Eran como las 12 PM y ya estaban todos bastante pasados (toman como bestias) y a nuestro socio se le ocurrió que debíamos ir a una disco. Entramos al local auspiciados por nuestro anfitrión y quedamos pa’dentro con el nivel de las minas, en dos palabras IM PRESIONANTE, y muy superior a Estocolmo y el resto de escandinavia.
Ya al día siguiente, el festival siguió un ritmo parecido, yo estaba con un poco de resaca y cansancio así que fue mas tranquilo. El viernes al mediodía salí para Riga.

Riga (7 al 10 de Julio, 2006)

Llegue a la capital de Letonia a las seis de la tarde. De a poco uno se empieza a sumergir en la ex-Unión Soviética. Entre los antiguos trolleys, algunos diarios en ruso y algunas construcciones eminentemente comunistas, uno logra percibir algo de aquel sistema social. Además, el 60% de la población de Riga son rusos. Aquí a diferencia de Tallin se percibe una atmósfera más cerrada y se logra percibir la explosión indiscriminada del capitalismo, tanto en lo positivo como en lo negativo. Se ven toneladas de ingleses que vienen solo por el fin de semana en son de hueveo, los recibe una ciudad con cerveza barata, mujeres muy atractivas y un montón de discos y topletes. Un español que lleva aquí un tiempo, Joséle, me contaba que algunas autoridades de la ciudad le habían dicho que esperaban transformar Riga en una “Las Vegas” europea (seria una lastima si eso pasara).

La primera noche la pase en una hostal que quedaba en el centro-centro, pero además de la bulla, no era el lugar más indicado para conocer a otros viajeros. Aproveche de llamar a Chile, comer algo, darme una vuelta en las calles de noche y ver a cada filete desfilar. Después al sobre.

Al día siguiente me cambie a otra hostal que estaba mucho mejor, es simplemente decisiva la influencia que tiene una hostal con “onda” sobre la apreciación de la ciudad,…la cambia en 180 grados. Solo el hecho de conocer más viajeros, cambia todo el asunto. Incluso me tope en la misma hostal con la pareja de españoles que estuve en Tallin.

Hacia un calor sofocante en la ciudad, así que salí a recorrerla tranquilamente, sin apuro. Partí por un Museo de la Ocupación, que trata la historia de la ocupación soviética y nazi de este país desde el año 1941 hasta el 1991. Este es un museo al que habría que enviar a todo matewea admirador de un régimen totalitario. El holocausto nazi, es bastante conocido en el mundo entero, en cambio el holocausto de la unión soviética parece que solo se murmura débilmente. Para todos los escépticos, aquí queda de manifiesto las atrocidades que le hicieron a este pueblo los “colegas” de Allende. En nombre del “proletariado”, estos burócratas trataron de eliminar todo rastro cultural y racial del pueblo letonio, asesinando y deportando a Siberia a cientos de miles de personas. Después de ver este museo me quedo dando vuelta en la cabeza como gente inteligente y educada puedan aun desconocer los hechos y seguir simpatizando con esta camada de desalmados. O mera ignorancia o idiotez pura.

Saliendo del museo, me recorrí todo el casco antiguo de la ciudad, que consta de una arquitectura semi medieval alemana y de un montón de iglesias, donde se mezclan tanto las luteranas con las ortodoxas y católicas. Una gran mescolanza dentro de un laberinto de calles sin mucho sentido. Cada cinco minutos la mirada se distrae hacia alguna letona que en vez de una mini luce un cinturón bien grande.

Al final de mi paseo, una música de vals en vivo me condujo hacia un ensayo de un grupo de música clásica en un corredor de alguna gran iglesia. Escucharlos a solo cinco metros de distancia fue un deleite,….y gratis.

Ya por la tarde-noche empezamos a calentar motores en el pub de la hostal, ahí se conoce a diversos personajes muy interesantes y siempre acompañado de una cerveza. Después de terminado el “match” entre Portugal y Alemania, nos lanzamos a celebrar el comienzo de mis treinta años……UFFF. Fuimos por otras cervezas y de ahí a una disco que nos llevo una rusa. Parece que las discos son una perdida de plata y tiempo, es muy difícil poder siquiera bailar algo,…todo es drum and base, hip-hop, etc. Parece que me quedo en los bares.

El domingo, día de mi cumpleaños, partimos a la playa un grupo de la hostal, bastante diverso étnicamente. Las playas del báltico son extrañamente calidas, uno esperaría que fuesen un cubo de hielo, pero no, mas bien parece tropical…onda medio pegote. Disfrutamos de jugar al freesbee en el agua y de una entretenida conversación echados en la arena. Después pasamos a comer y tomar algo antes de tomar el tren de vuelta a Riga (1 ½ hrs), este tren te sumerge a la era soviética (pocas sonrisas). Ya en el pub de la hostal seguimos brindando viendo la final del mundial. Lastima que no gano Francia.

Después de comprar mi ticket para Klapeida, me fui a recorrer el mercado de la ciudad. Simplemente el nivel de desarrollo que se aprecia aquí es similar al que tenemos en Chile, quizás nosotros estemos un poco mejor. El mercado era buenísimo y tenia de todo, desde billeteras hasta salchichas. Después de darle varias vueltas, pase a almorzar a un puestito que tenían unas gordas donde me comí una sopa típica rusa y un plato típico de Letonia por solo mil pesos. Se trataba del típico local del obrero de la contru, no podía fallar. Bueno y barato. Saliendo del mercado fui a ver un edificio que tenia ciertas reminiscencias al Empire estate, guardando las proporciones por supuesto. Se trataba de una construcción levantada en la era de Stalin que funcionaría como hotel para los campesinos de la ciudad. Por supuesto que semejante imbecilidad nunca funciono, fue un gasto de plata y tiempo que hoy es utilizado por el instituto de ciencia y tecnología. Obviamente los campesinos estaban bastante ocupados con las tareas rurales como para visitar la ciudad y asistir a aburridas reuniones burocráticas partidistas. Lo simpático de la historia viene aquí. Una señora que trabaja ahí llevando turistas al mirador del edificio y a la sala de la asamblea, me ofreció el paseo. Yo, frente a mi ajustado presupuesto, le dije que no podía pagarlo y después de conversar unos minutos me viré. Unos cinco segundos después, la señora salio a buscarme y me invito a hacer el tour gratis ya que no había nadie solicitándolo, además que se sentía identificada con los viajeros de bajo presupuesto. Bueno la visita estuvo excelente y aun mejor todo lo que me hablo sobre Riga, sobre los años de ocupación y los tiempos actuales donde las cosas distan de ser color de rosa.

Lithuania (10 al 12 de julio)

Salí para Klaipedia a las tres de la tarde y expectante de lo que podía mostrar esta pequeña ciudad en la costa del mar Báltico. En el bus me fui conversando con una letona que en un limitado ingles me preguntaba que andaba haciendo por allá. En realidad,… ¿Qué andaba yo hueviando por allá?

El hostal donde me quede era enano, onda 20 camas y poco ambiente. Igual salí a comer algo y a ver que onda la noche, pasaba re poco, así que después de comerme una pisa y interactuar un poco con unos alemanes me fui al sobre.
Al día siguiente me fui la playa que queda cerca de la ciudad. Como es verano la playa estaba bastante concurrida, pero dista mucho de ser el sector 5 de Reñaca, aun así habían algunos exponentes de gran factura. Me bañe, hice playitas, revolcones, escalopas, etc. En fin, todo aquello que no se puede hacer en la ciudad. Aparte de lo anterior, esta ciudad es totalmente eludible en un nuevo recorrido por la zona.

En mi camino hacia Cracovia tuve que hacer una parada obligatoria en Kaunas (Lituania) para esperar mi próxima conexión. No me quedo otra que darle una paseada a la ciudad. Según las guías de viaje, Kaunas es la cuna de la mafia post soviética y de la movida cultural, lo último dado a su importante población estudiantil. Ninguna de las dos afirmaciones anteriores las pude corroborar en mi corta estadía de 12 horas. Lo que si pude corroborar, son los mismos tres patrones que se ven en el resto de las ciudades bálticas. 1-. Una ciudad pobre dado su pasado soviético tratando de salir adelante con las herramientas que le entrega el capitalismo. 2-. Un centro medieval con un estilo arquitectónico alemán y unos suburbios funcionales al más puro estilo soviético. 3-. Una densidad por metro cuadrado de minas ricas abismante. En la pasada y para hacer mas corta mi espera, me leí un libro muy recomendable “Freakonomics”.

Cracovia (13 al 19 de Julio)

Finalmente llegue a Cracovia. Esta ciudad encanta a la vista desde el primer minuto. Como fue la capital del reino polaco durante varios siglos, la ciudad tiene una arquitectura elegante y refinada tanto en iglesias como en edificios corrientes. Cracovia tuvo la suerte de salvar ilesa durante la 2da guerra, así que todo se conserva perfectamente. La ciudad esta urbanizada en una plaza principal enorme con una tremenda catedral gótica en medio. Alrededor de la plaza existen muchos bares, tiendas y restaurantes asentados en antiguos edificios, todo termina en un gran cinturón de jardines y murallas que rodean todo el centro antiguo. En todo caso, el centro es bien turístico y movido, pero si uno quiere una atmósfera más local, esta se encuentra en el antiguo distrito judío. Ahí, donde antes de la guerra vivían una población no menor de judíos, se ha transformado en una zona de bares, cafés y restaurantes muy estilosos, baratos y frecuentados por polacos. Esa zona ha sufrido una suerte de cambio de giro muy interesante en los últimos años.
En el cerro que mira a la ciudad y al río, se encuentra el castillo real y otra importante iglesia. Es bien bonito y vale la pena de visitar, pero después de tantos castillos visitados no me impresiono en absoluto. Quizás ya estaba un poco saturado de Europa con sus castillos, museos, iglesias y urbes.

También visite Auschwitz y Birkenau. Es un tétrico paseo de un día donde se puede percibir, mirar e imaginar el dolor y sufrimiento de la gente que vivió y murió aquí. Es tenebroso lo que se puede hacer invocando el odio en el ser humano. Aquí se calcula que murieron cerca de 1.3 millón de judíos, además soviéticos, polacos, gitanos, etc. El tour dura 3 horas y media y consta de una completa explicación de los horrores cometidos en esta localidad, pasando por las barracas, cámaras de gases, crematorios, etc. Sin duda es un lugar que se DEBE visitar para aprehender de la historia y no volver a cometer semejantes brutalidades. Ya que quise saber mas sobre el tema, encontré un libro muy bueno que explica con detalle todo el funcionamiento del campo y lo sucedido en ese horroroso lugar

El último día fui a pasear por un vecindario poco turístico pero bien distintivo de una época. Se trata de un barrio construido en la época comunista. Es una urbanización muy grande en que todos los edificios son exactamente iguales y funcionales, todo muy cuadrado y gris. Es como un barrio sin alma, sin identidad. Pareciera que todo lo que se hizo durante la era soviética en todos estos países fue sólo un gran error.

Mención aparte fue la hostal donde me quede. En Cracovia hay muchísimas hostales y son relativamente baratas. Esta en particular era nueva y era un lujo, todo en estilo minimalista y atendido por unas polacas muy buena onda. Además tenia un bar bien bueno donde conocí harta gente. Primero unos canadienses bien agradables y tranquilos y a un grupo de gallegos con los que salí de joda y nos reímos muchísimo. Parece que no solo el idioma es lo que tenemos en común, sino también la misma inclinación al carrete.

Frankfurt (19 al 21 de julio)

Llegue a Frankfurt por la sola razón de que desde aquí salía mi avión para Bangkok. Por un error no premeditado llegué dos días antes, así que salí a explorar la ciudad de la cual tenia vagos recuerdos. Hacia un calor sofocante, cerca de 35 grados y bastante humedad, lo cual no impidió mi recorrido, pero sí lo hizo más lento y pausado.
Frankfurt es una ciudad que después de la 2da guerra solo quedaron cenizas, así que no hay centros medievales o alguna antigua iglesia que visitar, a lo más se han reconstruido ciertos edificios. Lo que si hay son edificios corporativos, oficinistas, más oficinistas, rascacielos, algunos buenos museos y bancos. O sea, es una lata. Es una ciudad a la cual uno visita solo por su aeropuerto, que te conecta con todo e mundo, y ya. No hay mas que decir o hacer, solo esperar mi avión.

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