Friday, March 09, 2007

Bajando por el Sudeste asiatico

Islas y sur oeste de Tailandia (....hasta el 17 de Agosto)

Junto a un par de alemanes y un californiano, me fui de Ko Pan Ghan la tarde después de la fiesta. La idea era ir a Ko Phi Phi, que es una isla paradisíaca en la costa Andamiada parando en Pang na. Esta es una isla artificial y artesanalmente construida dentro de un parque nacional habitada por una comunidad musulmana. La isla parece más bien una población callampa, pero esta situada en un lugar impresionante. Es una zona llena de islotes de gran altura e imposibles de habitar o escalar, estos estan por todos lados y en su conjunto dan un aire a la dimension desconocida. Uno de estos islotes es famosisimo, fue utilizado en alguna de las películas de James Bond para albergar en su playa privada a Sean Connery. Nos bajamos en este islote por media hora, aquí unas tailandesas nos pidieron en varias oportunidades que nos sacáramos fotos con ellas. Obviamente nosotros accedimos una y otra vez. Debe ser difícil ser una estrella de rock….

Viajar en Tailandia es lento, así que entre botes, ferries, buses y “colectivos”, uno se echa el dia entero u obliga a hacer paradas a mitad de camino. Una de esas paradas fue Krabi, donde finalmente nos quedamos dos noches. Esta ciudad sigue el mismo patrón que cualquier ciudad bananera, una humeda y calurosa versión del Barrio Diez de julio con muy buena comida en las calles. Aprovechamos de conocer el templo del tigre, este esta situado en unas cavernas donde se albergan los budas y los monjes en una vida muy austera. Desde ahí subimos a ver el buda que esta en la cima de uno de estos empinados picos. Ahí lidiando con monos y una paradísima e interminable escalera pudimos tener una magnifica panorámica a los pies de Buda. Fue cansador (aun me duelen las piernas) pero valió la pena.

Salimos temprano a Ko Phi Phi. La isla es PARADISIACA. Tiene unas formas surreales, aguas turquesa y arena blanca. Nos quedamos unos “bungalows” en una playa mas tranquila pero siempre cerca del hueveo. Esta isla fue fuertemente afectada por el tsunami del 2004, así que uno ve muchos lugares aun en reconstrucción, marcas en las paredes señalando la altura de la ola y fotos de gente desaparecida en la ola. Lo anterior no aplaca el ambiente festivalero reinante en la isla, ni tampoco los precios. Tome un tour en un barquito donde paseamos e hicimos snorkeling por toda la isla. La flora y fauna marina que uno ve es tan abundante en colores y formas, que uno se envicia y quiere ir más y más profundo.
Además, durante el mismo tour, visitamos la famosa playa donde se filmo la película “The beach”. Ahí el acceso no es fácil, hay que nadar por sobre unos corales hasta una pequeña gruta que da acceso a la isla, desde ahí caminar por un sendero que conduce a la playa. Esta es alucinante, probablemente la más bonita que he visto en vida. Aquí mientras aprovechaba de chapotear un poco (junto al resto de turistas) pudimos observar como una pareja “inspiradísima” en el holiwodense film, daba rienda suelta a su energía brindando un espectáculo XXX a toda la audiencia (PLOP!!).

Como buen destino turistico, la oferta nocturna bien alimentada con bares al borde de la playa, entusiasmada audiencia y unos impresionantes malabaristas de fuego. Yo no quede hasta muy tarde en la noche, ya que me tenia que levantar los dos dias bien temprano, pero el carrete alimenta hasta los de tiro más largo.

Ya devuelta en Krabi me quede una noche para hacer mi conexión hacia Malasia. Durante mi espera aproveche de hacer unas compras, pasear por la ciudad, armar el blog y comer en el mercado.

Para finalizar mi experiencia tailandesa, algunas cosas para comentar:
La comida. En pocos lugares se puede comer tan sabroso, rico y abundante por tan poca plata. No se necesitan grandes sumas de dinero, ni flamantes restoranes, sino todo lo contrario. Ahí en la mismísima calle existen innumerables puestos donde se come una diversidad de platos y jugos naturales de primera que hacen de esta actividad una experiencia notable y adictiva.

La gente. En principio, la gigantesca industria que es el turismo en este país tiende a nublar lo genuino de la sonrisa y amabilidad del tailandés. Es cierto que varios del los que están en esa industria sonríen solo si hay plata de por medio, pero si uno mete la cabeza un poco más abajo de la superficie y logra interactuar con locales en sus espacios, uno se da cuenta que es gente muy amigable y sencilla. Siempre tratando de ayudar y agradar. Ojala que tanto turisteo sin respeto no termine arruinando tan agradable carácter.

Lady boys. Estas locas son absolutamente caracteristicos de Reino de Siam. Estan por todas partes y en todas sus variedades. Lo más increíble es lo integrados que estan en la sociedad, de hecho no son tema para los locales. El problema lo tienen los ebrios foraneos que se entusiasman con una afectuosa local, hasta que de repente….¡sorpresa! Si estan pensando que esto me paso a mi, se equivocan. Pero si tomamos en cuenta la cantidad de turistas-calientes-borrachos más la no despreciable suma de travestis, podemos fácilmente concluir que más de alguno saco premio.

Malasia (17 al 28 de Agosto del 2006)

A Malasia cruce desde el sur de Tailandia, el viaje era toda una osadía de aguante. Nueve horas encapsulado en una “comodísima” minivan, partiendo a 7 AM y con un millon de cambios de van en la ruta. Entre todos los pasajeros que pasamos a buscar había una pareja de suecos muy buena onda, así que no me falto con quien conversar. Finalmente, a las 5 PM llegamos a la frontera con Malasia “the muslim country”.Ahí tomamos la mochila, cruzamos un puente y estábamos en un nuevo país. Mientras hacíamos la cola de inmigraciones, rellenamos el formulario de entrada al país y leímos al final de este en letra roja: “Be foreword that carrying drugs is punished with death penalty”. Es fuerte leer una advertencia tan vital,…en buen chileno seria: “Aquí, el que anda hueviando se va cortao”. Después del papeleo y cambiar plata nos fuimos en un taxi hasta Kota Barhu, donde pasaríamos la noche para después seguir hacia las paradisíacas Perenthian Islands.

El cambio entre Malasia y Tailandia es fuerte. El idioma y la religión (musulmana) son totalmente diferentes, racialmente son nada que ver, no existe esa invasión de turistas haciendo lo que se les da la gana y por ultimo, es un país más desarrollado y menos amigable con mi bolsillo. Me llamó la atención tantos cambios culturales en un pedazo de tierra tan chico.

Con los suecos exploramos Kota Barhu, supuestamente –según lonely Planet- esta ciudad tiene unos de los mejores mercados callejeros del Sud este de Asia. Lo que vimos no superaba a una feria de barrio en Pudahuel. Así que nos fuimos a comer algo, en algún local callejero y de ahí de vuelta a la hostal. En el camino pude constatar algo que me habían comentado anteriormente, en todas las esquinas y alcantarillas (que no están necesariamente bajo suelo) se ven unas ratas enormes,..buaj!. Ya en la hostal, conocí a tres franceses que iban a las mismas islas que nosotros, así que me colgué inmediatamente, además que podía practicar mi francés y no ser violinista oficial de la pareja sueca.

A la mañana siguiente tomamos el bus local y partimos a la costa, desde donde tomaríamos el bote que nos llevaría a la isla. El camino era bien bonito y pintoresco, mujeres y hombres vestidos en sus ropas tradicionales (musulmanas), un montón de cabros chicos que iban (o volvían) del colegio, etc. Después de Tailandia había perdido esa sensación de viajar de la misma forma que lo hacen los locales día a día, en Tailandia todo era demasiado envasado y como consecuencia la conexión con la realidad local es bastante escasa, y es precisamente ese contacto lo que hace entretenido viajar.

Llegue a las famosas islas, específicamente a la más grande y deshabitada. Tengo que decir que es paradisíaca. Aguas turquesas, arena finísima, palmeras, jugos tropicales y estresantes actividades. Me aloje en el resort más lujoso que tenia hasta piscina, así no más. ¿Que menos para un campeón como yo? Pero no crean que una mega habitación, no… me quede un dormitorio común (tipo hostal) que estaban a un precio muy módico, y para remate, vacío. ¡¡Excelente!!

Durante 4 días me deje llevar por el estresante ritmo de esta isla, donde fui adoptado por este grupo de franceses que -finalmente aumentaron a seis- y que me forzaron a mejorar bastante mi francés. Dentro de las actividades realizadas tengo que destacar la sesión de snorkeling entre tiburones y tortugas de mar,…hasta toqué una. Nadar al lado de tan antiguos y pacientes seres en un escenario tan perfecto da una sensación de paz indescriptible,…nirvanico. También tome dos sesiones de buceo excelentes y memorables, inmerso de un flora y fauna acuática impresionante fui a bucear a un bote hundido. Me sentí como Jacques Cousteu en el Calipso, mi partner de buceo me hablaba en frances. El buceo en estas islas es de primera, deben hacerlo. El resto de la estadía varío entre el disfrute de todo tipo de jugos naturales, comidas locales, parrillas, conversas, siestas en la hamaca, etc.….puro relajo y contemplación. ¡JA!

De las Perenthians me fui, en otro maratónico viaje hacia Taman Negara, la jungla más antigua del mundo. A este parque nacional se accede a través de una aldea al borde de un selvático río cafesoso y bastante transitado por unas angostas canoas hechas de corteza de árbol. El ambiente es húmedo e inundado por los incesantes ruidos de todo tipo de animales, pájaros, alimañas, etc. Aquí eché de menos no andar con algún partner, ya que la selva tiene varios trekkings que se pueden hacer durante el día y volver a la aldea, o bien quedarse a dormir en unas casuchas estratégicamente ubicadas en la mitad de la selva donde uno puede esperar ver, con un poco de suerte, diversos animales en sus rutinas nocturnas. Obviamente, de día es muy poco probable encontrarse con algún animal de importancia (tigres, elefantes). Igual los dos días me dedique a caminar muchísimo por los senderos, ahí pude admirar la abundancia de este ecosistema, desde hormigas de todos tamaños -hay unas de tres centímetros- hasta árboles de varios pisos de altura. También me tope con unos aborígenes locales que aun continúan con su “primitivo” sistema de vida, un guía me comento “a ellos no les importa el dinero”. Después de haber estado en Manhattan, donde todo es $$ y posesiones, ahora en estaba en esta selva donde para estos aborígenes el dinero es inútil, ¿Quién estará mejor enfocado?
Después de caminar todo el día quedaba muerto, así que antes de irme a dormir pasaba a comer algo a los restoranes de la aldea. Estos puestos de comida están flotan en unas balsas bien humildes pero acogedoras al costado del río. La carta no es muy refinada, pero por luca se come bien. En tres días me comí casi todo el menú.

Para terminar la pasada por la selva, me tome una canoa con motor que me llevo río abajo serpenteando este exuberante paisaje hasta el pueblo más cercano para irme a Kuala Lumpur. Este paseo fue la guinda de la torta.

En las islas, mis amigos franceses me invitaron a quedarme con ellos en Kuala Lumpur. Rápidamente terminado el paseo en canoa me fui a meter a esta pujante metrópolis Asiática. Me tomo como tres horas esperar el bus, ¿Por qué? Porque los viernes los musulmanes van a la mezquita así que las actividades se reanudan después de las dos de la tarde. La larga espera me la pase en un local de comida tipo 10 de Julio en compañía de unos alemanes que me dieron a probar unos cigarros típicos que fuman los locales, le pegue una piteada y casi me da un ataque de asma. La cagó la w… fuerte, era un petardo.

Llegue a KL en medio de un diluvio tropical. Desde un telefono publico hice los llamados correspondientes, hice las preguntas correspondientes y media hora después estaba instalado tomándome un café en la casa de Aude, una de mis amigos franceses. De ahí fueron llegando todos al departamento ya que al dia siguiente partian a un paseo. Es tan distinto cuando a uno lo sacan a pasear gente que vive en una ciudad, primero por la hospitalidad y segundo por lo agradable de ir al lugar correcto en el momento correcto. Fuimos a dar unas vueltas al barrio chino, donde venden TODO (todo tipo de chucherias). A la salida del barrio pasamos a comer a uno de los cientos de puestos callejeros donde “nos servimos” tipica comida malaya y unos exquisitos jugos naturales. De ahí nos fuimos a un local donde esta toda la movida de KL, una calle llena de luces neones, bares, cafes, malls, comida callejera y un millar de personas deambulando. Entramos a un local tipo show-bailable que tenia una atmósfera parecida a los locales de la calle de suecia (Papurri!!). El show era animado por un travesti para cagarse de la risa y danzado por unas “divas” masculinas.

Al dia siguiente toda la francesada se viró a la isla y yo me quede solo recorriendo la ciudad. Partí por lo típico, deambular por las calles aledañas y recorrer, probar distintas comidas y simplemente contemplar tan electrizante ciudad.
Kuala Lumpur es una ciudad de contrastes. Por un lado se ven las torres mas altas del mundo y un barrio corporativo al mas estilo Manhattan y solo una cuadras mas allá un barrio unos edificios que se caen a pedazos y rodeados de puestos de comida instalados en la misma calle. En lo cultural, se ve una mezcla de razas y cultos bastante extraño. Malayos, chinos, hindúes y expatriados europeos, todos con sus respectivas religiones, idiomas y comidas,…todo a solo minutos caminando. Me chocó pasar un domingo por la mesquita y observar la forma como ellos viven la espirutualidad, y luego pasar por fuera de un templo hinduista y ver lo mismo pero con otra forma, donde su diosa era una mezcla entre mujer y elefante,…raro. Lo otro que llama la atención son la cantidad de mujeres tapadas completamente, onda solo se le ven los ojos. Como Malasia es un país musulman, los arabes del golfo se sienten a gusto aquí y pueden venir con sus mujeres y nadie les pone problema.

Malasia me gusto mas que Tailandia, me senti recorriendo y conociendo un pais con todo lo que tiene que ofrecer. Aunque solo fueron un par de semanas, fue mas movido, variado e interesante que su vecino del norte. Quizas, de los mas destacable es la diferencia entre KL y el resto del pais. Mientras en el resto del pais se respira un tradicionalismo y un cartuchismo enorme, en KL se ve de todo y especialmente se huele ese aire a tigre asiatico.

De KL me fui en bus a Singapore donde solo estuve una noche. De Singapur conocí muy poco, ya que el tiempo escaseaba. Lo que pude constatar es el grado de desarrollo de esta ciudad con respecto al resto de sus pares del Sudeste Asiático, es limpio, muy ordenado y muy caro. En definitiva, aparte de darme unas vueltas y recorrer un mall dedicado única y exclusivamente a la electrónica, llegue a esta ciudad solo a tomar el avión para Bali. Finalmente a surfear hasta que me aburra.

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